El Ayuntamiento no realiza un mantenimiento de las bocas de agua desde hace quince años
La base de datos con la que trabajan los bomberos es de 1999 y el equipo de gobierno pide ahora informes internos del estado de los hidrantes
GONZALO DÍAZ-RUBÍN
Domingo, 10 de abril 2016, 01:55
Tomas de agua en las calles tenemos muchas, otra cosa es que tengan agua. Los bomberos lo intentaron todo el jueves. Levantaron registros, picaron baldosas... Al final, el agua que apagó el incendio que destruyó el número 58 de Uría y costó la vida al bombero Eloy Palacio tuvo que venir en camión. Primero desde Rubín, en las dos nodrizas del servicio. Cuando estas se agotaron, desde Llanera, en otras dos cubas de Bomberos de Asturias.
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Los agentes, sobre el terreno, apenas lograron engancharse a dos bocas de riego, que no de incendios. Una en Melquíades Álvarez, frente a De la Uz, y otra en medio de la calzada de Uría. Distaron de ser suficientes. Se barajó, incluso, descargar agua con un helicóptero sobre el edificio en llamas. Si no se hizo fue por falta de permisos. ¿Dónde estaba el agua? El equipo de gobierno anunció ayer que ha encargado informes al propio servicio de Aguas y a la empresa concesionaria sobre la situación de los hidrantes. A esta última se lo podía ahorrar. El reglamento de la concesión obliga a encargarle la instalación, pero la exime de su mantenimiento.
El Consistorio, de hecho, no lo hace. No revisa las bocas de riego, salvo fugas visibles, ni los hidrantes. No figura entre las competencias de Bomberos, porque las de Prevención Contraincendios se las retiró el PP en 2001, por decreto. Lo hizo, tras un encontronazo entre el equipo de gobierno y el servicio, que había informado en contra de la concesión de unas licencias, por no cumplir la normativa, en un mundo que está cada vez más lleno de regulaciones, a veces, contradictorias.
Un ejemplo, según la última directiva europea, todas las tomas de agua en la vía pública -hidrantes o bocas de riego- deben estar pintadas en azul, indicador de agua potable; sin embargo, según la normativa española, las bocas de incendio deben pintarse de rojo, el color de los bomberos.
No busquen las marcas en el suelo. En Oviedo, no las hay. Ambas normas se incumplen desde 2006 y 1997, respectivamente, y no es lo único que no funciona. Pintarlas de colores ayuda a su localización. Los bomberos de Oviedo, sin embargo, van a ciegas. La última actualización de la base de datos, a la que tuvo acceso ayer EL COMERCIO, es del año 1999 y en ella solo figura una boca de incendios en la zona, frente al número 37 de la calle Uría. Demasiado lejos y también sin marcar ni identificar.
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Los bomberos tuvieron que luchar contra el incendio apoyados en bocas de riego. Levantaron las seis de Melquíades Álvarez y solo pudieron tirar de la situada frente a De la Uz. El resto estaban inutilizadas o sin presión. Lo mismo se repitió al otro lado de la manzana. Y no, no es lo mismo una boca de riego que un hidrante.
No hay ninguna regulación que marque el caudal mínimo, las revisiones o los plazos para arreglar una fuga de una toma de agua que se puede usar para baldeo de calles o regar zonas verdes. Los hidrantes son otra cosa. «Estarán situados en lugares fácilmente accesibles a los equipos del Servicio de Extinción de Incendios (único autorizado a su uso), debidamente señalizados conforme a la norma y distribuidos de manera que la distancia entre ellos medida por espacios públicos no sea en ningún caso superior a 200 metros». Lo dice la normativa del Estado desde 1983. También, que deben garantizar un caudal mínimo de 1.000 litros de agua por segundo, con una presión de, al menos, 10 metros de columna de agua.
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Es obligatorio revisarlos cada tres meses y hacer pruebas al máximo de presión cada dos años. ¿Quién se encarga de ello? El Ayuntamiento no lo pudo aclarar ayer.
Pablo Iglesias, pudo arder
Los trabajadores llevan años alertando de los problemas con los hidrantes. En la hemeroteca de EL COMERCIO hay denuncias desde 2004. Solo en 2011, cuando un empresario se quejó al Ayuntamiento, tras una en la que los bomberos desvelaban que ninguna de las tomas de la calle 9 de mayo tenía agua, la entonces responsable, Conchita García, dictó una orden, el 7 de marzo de 2011, en la que mandaba hacer una planificación de las revisiones que harían los propios bomberos denunciantes. «Hace año y medio, por lo menos, que se dejaron de hacer», explica un bombero.
Por no hacer, no se hacen planes de autoprotección de los edificios municipales. Podemos tenía previsto un mitin con Pablo Iglesias en el Palacio de los Deportes que estuvo en un tris de suspenderse cuando el Ayuntamiento pidió a los organizadores las medidas de evacuación y estos pidieron estudiar el plan de protección del edificio para hacerlo y no lo había.
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