Alfonso Fanjul, nuevo líder de la asociación Amigos de la Alfarería de Faro
'Selito' Vega será presidente de honor y se marcan como objetivo conseguir el centro de alfarería
El doctor en Arqueología Alfonso Fanjul Peraza ha sido nombrado presidente de la asociación de Amigos de la Alfarería de Faro. Para su elección se celebró este martes una asamblea extraordinaria donde los socios votaron entre dos listas resultando ganadora esta que incluye como vicepresidente a Andrés González Fonseca, Eva Sánchez Fernández será la secretaria y como tesorera Ana Ramo Hortigüela. El nuevo equipo cuenta con 'Selito' Vega como presidente de honor
La prioridad de este grupo será luchar por el centro alfarero, mantener la tradición de Selito, continuar la producción de la cerámica junto a la nueva alfarera Verónica Rodríguez así como continuar las investigaciones arqueológicas en la zona, con la colaboración del Ayuntamiento de Oviedo y la Fundación Caja Rural.
Dos entidades que han estado al frente de las excavaciones que a finales del año pasado el propio Fanjul hizo en Casa Tudela donde se encontraron 870 piezase entre las que han aparecido ollas, platos, fuentes, escudillas, juguetes e incluso botías para la elaboración de mantecas que permiten fechar entre finales de la Edad Media o principios de la Edad Moderna el inicio del vidriado. Pero, ¿cuál es su fecha exacta? El dato aún no se sabe a ciencia cierta. Será dentro de unas semanas cuando lleguen los resultados del carbono 14, poniendo así un siglo exacto y estableciendo una cronología.
También, gracias a las huellas de los alfareros, se ha descubierto la existencia de una población trabajadora infantil en las etapas pre-especializadas de la cerámica de Faro, según cuenta el equipo de Fanjul quien, a renglón seguido, añade que en las épocas más antiguas es probable que la mujer también se encargase de los talleres.
En este sentido, Faro no sería un caso aislado. En algunos de los alfares asturianos que se extinguieron en el siglo XVIII, como es el caso de Ceceda (Nava), se ha constatado que la producción estaba en manos de las mujeres. Sin embargo, en los siguientes siglos hasta la extinción del alfar, las manos de los hombres adultos son las protagonistas en esta cerámica tan ovetense. A pesar de este protagonismo, las mujeres y los niños continuaban trabajando en los alfares, pero su labor estaba limitada a la decoración de las piezas vidriadas.