El Ayuntamiento de Oviedo nombra Hijo Adoptivo a Cazorla, «un ovetense de alma y corazón»

Con un «muchas gracias», dos corazones azules y unas palmaditas, el futbolista Santi Cazorla (Llanera, 1984) agradeció este martes en redes sociales al Pleno municipal, reunido con carácter extraordinario y que logró el respaldo por unanimidad de todos los grupos políticos y la edil no adscrita, su nombramiento como Hijo Adoptivo de Oviedo. La Corporación municipal culmina así los trámites para reconocer al capitán del Real Oviedo por su «labor decisiva» para el ascenso del equipo a Primera División y su «labor como deportistas y como ciudadano ejemplar».

Al paso dado durante la sesión solo le queda la celebración del acto de homenaje en el salón de Plenos municipal, donde recibirá el pergamino artístico con el título y la insignia con el escudo de la ciudad. Culminará así un proceso que comenzó el pasado 22 de junio, cuando el alcalde, Alfredo Canteli, anunció durante la celebración de la subida a la máxima categoría el reconocimiento al deportista, que partió en realidad de la cuestionada decisión de rebautizar con su nombre la plaza de América.

Comenzó entonces la tramitación de un expediente para incorporar a Cazorla a la lista de honores del Ayuntamiento. El acuerdo adoptado destaca los valores y la trayectoria del futbolista, que jugó en las categorías inferiores del Real Oviedo y tuvo que emigrar para lanzar su carrera en los primeros años del equipo en Tercera División. Hasta su vuelta al Oviedo, triunfó en el Villarreal, el Arsenal y Arabia, formando parte de la Selección Española que se alzó con las dos Eurocopas de 2008 y 2012. Ya está confirmado que vestirá de nuevo la camiseta azul la próxima temporada, año del centenario del club.

Una trayectoria profesional «marcada por la excelencia y la superación». También por su «calidad humana», destacó durante la lectura del acuerdo el secretario municipal, Jesús Fernández de la Puente, ya que «es un referente de los valores que esta ciudad quiere proyectar». Cualidades como el «trabajo, humildad, identidad, ambición y orgullo de pertenencia», así como la «fidelidad a los propios orígenes».

Por todo ello, Oviedo considera que «otorgarle esta distinción no solo es un acto de justicia, sino también un reconocimiento público al ejemplo que representa y una manera de expresar el agradecimiento de todo un pueblo a alguien que, sin haber nacido en Oviedo, es ovetense de alma y corazón».

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