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Comerciantes y hosteleros de La Tenderina, ayer, en la confluencia de las calles Río Nora con La Tenderina Baja. FOTOS: PABLO LORENZANA
«Este año lo damos por perdido»

«Este año lo damos por perdido»

Los comerciantes de La Tenderina lamentan el vacío de las calles por la tarde y los hosteleros tachan de «risa» las ayudas

ROSALÍA AGUDÍN

OVIEDO.

Jueves, 26 de noviembre 2020, 00:35

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En La Tenderina algunos comercios han mantenido la actividad estos días al ser considerados esenciales, incluso registrando colas. Mientras, otros subían aún ayer la persiana después tres semanas clausurados. Y la hostelería, cerrada. Esta mezcla se vivió ayer al mediodía en el barrio, con 12.859 habitantes, según los datos del último padrón fechados a 31 de octubre.

Con una población esencialmente adulta, el 55% tiene más de 40 años, La Tenderina nota más ambiente en sus calles por las mañanas, hasta la una de la tarde. El problema llega a partir del mediodía y se profundiza desde las seis de la tarde, cuando ya es casi de noche. Si el tiempo no acompaña, como ayer, las calles están «medio vacías».

«Este año lo damos por perdido», lamenta María Cristina García, de Ambas Dos Papelería. Notó un repunte en las ventas cuando se temió un nuevo confinamiento. Las clases siguieron su curso y el Principado los declaró esenciales. «Estuvimos abiertos y registramos más ventas respecto al año pasado, aunque no compensa con las pérdidas que tuvimos por el confinamiento».

Sin previsión de apertura está el mesón El Franco. Desde allí, Ana Sánchez califica de «risa» las ayudas recibidas por la hostelería por parte de las administraciones. «Nos dan migajas cuando somos tres autónomos y un chico al ERTE», lamenta para a renglón seguido criticar que con la hostelería sin actividad, las reuniones entre personas se hacen en los domicilios.

Sánchez ha participado en las manifestaciones organizadas durante estas tres semanas para exigir la reapertura al Principado. Pero el gobierno liderado por Adrián Barbón, reprocha, no les haya hecho por el momento caso.

Abiertos con gastos

Estar abierto, señala Paul Estrada, del locutorio Intermack, no significa obtener rentabilidad: «Si los clientes no tienen dinero ni trabajo estamos abiertos pero con gastos». Es decir, que lo que tienen en caja no les vale para pagar todos los recibos del alquiler, la luz, el agua o gas, o impuestos como autónomos, que el mes pasado subió tres euros.

Carmen Álvarez, de Pinturas Eycar, añade que la gente «está aprovechando» las recomendaciones de confinamiento para «pintar sus casas». «No cerramos en ningún momento, ni siquiera en marzo, pero por las tardes el barrio está medio vacío», señala.

Una opinión que repite Mabel González, de Ferretería El Palais. Heredó el negocio de su padre y ahora ha tenido que ajustar el horario para hacerlo coincidir con el de sus hijos: «Lo he reducido y a partir de la una de la tarde el número de personas por las calles baja, más cuando anochece y hace un día lluvioso». Una de sus dificultades es que solo puede atender al cliente de «uno en uno» . Esto hace, indica, que más de uno se desespere: «Hay clientes que llegan a decir desde la puerta que otro lleva media hora dentro», explica. Pero los nuevos protocolos para evitar contagios son así: aforos limitados en los negocios para evitar más contagios de la covid.

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