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LAURA FIDALGO
COLUNGA.
Sábado, 19 de febrero 2022, 01:01
Lágrimas de felicidad inundaron ayer la playa colunguesa de La Isla al recordar a la ovetense Graciela Ruiz, quien falleció el martes en su casa tras luchar durante siete años contra la ELA (esclerosis lateral amiotrófica). Fue el «segundo caso» del que se tiene constancia en Asturias de eutanasia, según aseguró a este diario su hermana Lucía.
Ayer, bajo un hórreo frente a la playa de La Isla se escuchaba la canción 'Love is in the air' en memoria de Graciela, ya que, como recordaron sus amigas, «era la melodía que sonaba en nuestra cabeza cuando la veíamos aparecer con su alegría, su energía, su vitalidad y su buen rollo». Era «una persona con un espíritu incansable»; de hecho «la llamábamos chica 'duracell' porque no se le agotaban las pilas nunca».
Graciela sabía cómo tenía que ser su despedida. «Con música, abrazos, nada de negro y algo de sidra». Así fue, ni siquiera se olvidaron sus últimas palabras a sus seres queridos: «Os deseo una vida y una muerte tan felices como las mías».
Graciela cumplió su cometido y nunca dejó de brillar, «incluso cuando el cuerpo no le permitía moverse». Para ella, su enfermedad fue una «evolución», al igual que el resto de sus vivencias. Porque su mundo era «mágico y pleno» y nunca vivió la ELA como una injusticia. «Estoy muy contenta por la vida que he vivido», señaló en sus últimas palabras. Pero su cuerpo se había convertido en su «cárcel», y por ello no tuvo dudas: «Deseo irme pronto porque este cuerpo ya no me sirve y llegó la hora de cambiar de vestimenta». «Graciela se fue cantando y con una sonrisa», explicó su madre, María del Pilar Ortiz. Se despidió de su familia en su casa, siendo «fiel a sus creencias, manifestando cómo quería vivir y cómo quería morir».
Ahora, en cada uno de sus seres queridos reside «su luz y su valentía». Este es su legado. «Lo más importante es vivir las emociones, saber quiénes somos y crear belleza», repetía constantemente.
Todos los que la conocieron seguirán proclamando «la oda a la vida y a la muerte de Graciela». Una persona que eligió cuándo irse, pero que al igual que su familia siempre vitoreó la misma frase: «Viva la vida».
Hoy se celebrará su funeral, a las cinco de la tarde, en la iglesia de San Pedro de los Arcos.
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