
Agustín Azparren Lucas - Exjuez y antiguo vocal del Consejo General del Poder Judicial
«Es más difícil mediar en un divorcio que entre dos grandes empresas»Secciones
Servicios
Destacamos
Agustín Azparren Lucas - Exjuez y antiguo vocal del Consejo General del Poder Judicial
«Es más difícil mediar en un divorcio que entre dos grandes empresas»Agustín Azparren Lucas (La Laguna, Tenerife, 1952), juez, fiscal y vocal del Consejo General del Poder Judicial hasta 2009. Trabajó en reputados despachos de abogados ... como Martínez Echavarría y Ontier. Se ha constituido como uno de los mayores expertos en la mediación legal que existen en España y, de hecho, es un formador de mediadores. Ahora trabaja en Asturias en ese asunto que pronto tendrá vida propia y, al parecer, mucho recorrido para reducir la litigiosidad y dar soluciones pactadas a problemas complejos.
–¿Cuándo entra en vigor la Ley de Mediación?
–El 3 de abril entra en vigor la ley relativa a la mediación que servirá para que cualquier persona que tenga que demandar a otra en materia civil o mercantil, es decir, familia, herencia o sociedades, prácticamente todo, tendrá que justificar en el juzgado que han intentado previamente llegar un acuerdo. Y ahí es donde se abren muchas posibilidades, que pueden ser por negociación de las partes, por mediación, o por otra figura que se llama la conciliación,
–¿Hay más de una opción?
–Hay varias opciones que deben elegir las partes, pero en todo caso la finalidad es que tú no puedas ir a un juzgado mientras no hayas intentado previamente un acuerdo.
–¿Qué ventajas ofrece la mediación con respecto a otras maneras de acuerdo?
–Tiene un ventaja muy buena, y es que como el acuerdo se eleva a escritura pública es como una sentencia. Tiene el mismo valor.
–¿El mediador es como un juez?
–No, no, el mediador no va a decidir, van a decidir las partes. Esa es una diferencia con el arbitraje también, que mucha gente lo confunde. Cuando te sometes a un arbitraje, ya no se puede acudir a la vía judicial y lo que decida el árbitro, digamos que va a misa. Sin embargo, el mediador lo que hace es ayudar a las partes a llegar a un acuerdo. Por la experiencia que atesoro, es una labor muy creativa, de imaginación porque lo que tienes es que buscar soluciones que satisfagan a las dos partes.
–¿Qué condiciones tiene que tener un buen mediador?
–Tiene que ser una persona que transmita, que no genere estrés, que tenga mucha paciencia.
–¿Con formación jurídica?
–No, porque el mediador puede ser de cualquier profesión. No hace falta ser abogado, incluso hay algún periodista que ha hecho el curso de formación. Eso sí, debe de tener un grado universitario o de Formación Profesional. Se da un mínimo de formación jurídica, pero, por ejemplo, está prohibida la mediación en asuntos de violencia de género o asuntos de familia donde hay menores y la protección de los mismos corre a cargo del fiscal. En cuanto a la violencia de género hay muchos jueces que piensan que hay que levantar la prohibición a la mediación porque, a veces, con ella se podrían evitar muertes posteriores. Eso es un tema muy discutido y de momento es lo único que está prohibido. Y después hay materias que no son disponibles de las partes, como digo en este caso, por ejemplo, que haya menores con los que no se puede hacer mediación.
–¿Darle relevancia al mediador es también un intento de reducir la carga de trabajo de los juzgados?
–Sí, claro. Yo siempre digo que la mediación ahorra tiempo y dinero porque es mucho más rápido que un proceso judicial y es mucho más barato, pero en lo que más se gana es en salud porque la tensión de un juicio desgasta muchísimo. Además, si quitamos el veinte por ciento de los tres millones de casos judiciales, será un enorme ahorro de tiempo y dinero para la Justicia.
–¿Cómo está la situación en Asturias?
–España es de los países más litigiosos del mundo y Asturias es la tercera comunidad más litigiosa de España. Eso quiere decir que hay mucho recorrido, aunque la Justicia en Asturias funciona bastante bien, está a la cabeza en número de jueces por número de habitantes. Además, suele haber una estabilidad dentro de los jueces que hay aquí; hay otros territorios donde hay más gente de paso, que los jueces duran menos tiempo, pero aquí hay una estabilidad y la respuesta judicial en Asturias, aunque es lenta como en toda España, pero es mucho menor.
–¿Qué casos son los más difíciles dentro de la mediación?
–Es mucho más difícil una mediación de un divorcio que entre dos grandes empresas con un gran volumen porque cuando el conflicto es económico, exclusivamente, siempre es mucho más fácil de resolver .
–Ahora se televisan los juicios y todo el mundo puede ver el interrogatorio de un juez, como el magistrado Adolfo Carretero en el caso Errejón.
–Eso ha generado que cosas que antes no. Aunque los juicios fueran públicos, en la sala había dos personas porque la gente no solía ir a los juicios a verlos por la mañana. El mismo Adolfo Carretero lo dijo. Dijo: si yo llego a saber que esto se iba a difundir, o igual hubiera cambiado a lo mejor alguna de las palabras. No lo veo mal, pero creo que es complejo para la instrucción de los casos porque las investigaciones del juez se hacen públicas y no es lo mejor para su trabajo. Los juicios son públicos, pero la instrucción de los mismos, como la que hace Carretero, nunca ha sido pública hasta ahora. Influye porque la instrucción es una investigación y las investigaciones en principio no deberían trascender. Esa publicidad es peligrosa para el propio proceso. Adolfo Carretero ha sido un juez de instrucción durante toda su vida y sigue actuando igual que hace 30 años y no llamaba la atención porque ni nadie se quejaba, ni los abogados nunca decían nada, ni se grababan ni nada.
–¿Está en cuestión la presunción de inocencia con algunas de las nuevas leyes como la de violencia de género o, incluso, hasta con Hacienda?
–En la práctica, sí que en los tribunales sigue apareciendo la presunción de inocencia. Yo fui a la escuela judicial en el año 1979, por lo que estamos hablando de hace muchos años, pero había una cosa que te decían desde el principio. Es decir, más vale que 100 culpables estén en la calle a que un inocente esté en la cárcel. Eso es un poco el resumen de decir: o sea, tú lo que tienes que tener muy seguro para mandar a alguien a la cárcel, pero que muy seguro, es que es culpable.
–Pues una parte de la sociedad tiene otra percepción: hombres y tributantes.
–Se está transmitiendo a la sociedad algo así cuando realmente los jueces, al menos eso sigo pensando, actúan siempre pensando en la presunción de inocencia. En el caso, por ejemplo, de temas de violencia, de temas sexuales o violencia de género, es verdad que hay una presión posterior, pero el juez tiene que estar preparado. O sea, realmente a nosotros nos preparan para que puedas soportar las presiones porque si realmente actuarás por la presión pública que hay, pues sería un desastre. Recuerdo que, no sé, un periodista hace años me decía que en la facultad de Periodismo en Madrid algún profesor decía que pocos jueces pueden soportar la presión mediática.
–¿Eso es verdad?
–La idea que tengo es que tú estás preparado precisamente para soportar esa presión y para que no te influya esa presión, y de esa forma se tiene que comportar un juez en todo momento. Esa es la clave de todo: tener claro que la presión exterior no debe influir en lo que hagas.
–Usted, que ha sido juez muchos años, responda con sinceridad, ¿los jueces son 'fachas'? Así los llaman algunos.
– Los jueces siempre son del partido contrario al que está en el gobierno. Tú pones ahora mismo –que, además lo hice el otro día por curiosidad– tres palabras en internet como 'Berlusconi', 'Justicia' y 'Comunista', veías que en 2009 Berlusconi decía que todos los jueces italianos eran comunistas. Y los jueces italianos tienen hasta las mismas asociaciones que en España. Tienen la conservadora, la progresista, todo eso. Tienen un perfil ideológico muy similar al español. Para Berlusconi, todos los jueces eran comunistas y aquí todos son fachas. O sea, que eso es la visión siempre del que está en el Gobierno. El poder judicial es un contrapeso al Gobierno. Cualquiera que esté en el Gobierno sea del signo que sea, piensa que los jueces van contra ellos.
–¿Hay que cambiar el modelo de la Justicia en España?
–Cuando dice la gente que hay que copiar el modelo de Dinamarca, que es donde mejor funciona la Justicia, digo que eso no tiene nada que ver con nosotros, por lo cual, un sistema que funciona ahí, aquí no funciona. Siempre me fijo, si hay una cosa que funciona en Italia, entonces, bueno, si en Italia funcionó, entonces ya pasó todos los filtros posibles para funcionar aquí. Del ejemplo de Berlusconi me acordé cuando veía todos estos días que decían que si la ultraderecha, que si los jueces estaban en contacto con el PP, y no sé cuánto; me acordé de Berlusconi. Yo sigo la televisión italiana desde hace muchos años y veo cosas que al final pasan aquí.
–Todo se repite, entonces.
–No es que tengo visión de futuro, es que ya ha pasado en otro lado como Italia y te das cuenta de que en España pasará y pasa. Me acordaba de Silvio Berlusconi y busqué, puse esas tres palabras en internet, y empiezas a ver todo lo que decía en el 2009. Clamaba que todos los jueces eran comunistas y que sólo querían ir contra él.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.