Ver fotos
La Guardia Civil desarticuló en Oviedo a una banda de revienta cajeros con explosivos
Los cuatro detenidos, que estaban siendo vigilados ya cuando intentaron robar la sucursal, pasarán hoy a disposición judicial
G. D. -R./C. D. N.
OVIEDO.
Lunes, 18 de octubre 2021, 00:47
La clave la tenían los vecinos. Cuando el estallido de un artefacto explosivo les despertó en la madrugada del sábado y bajaron, asustados, a la calle; la Guardia Civil ya estaba allí con una celeridad imposible e inexistente. A los ladrones que reventaron el cajero de la sucursal de Liberbank de San Claudio les vigilaba de cerca un dispositivo liderado por un equipo de la UCO de Galicia y una unidad de la Policía Judicial de la Guardia Civil de León, que se desplazó a Oviedo para capturar con las manos en la masa a los cuatro miembros de esta banda.
Los investigadores les atribuyen, al menos, otras seis golpes contra oficinas bancarias de Asturias, Galicia y León. Además del que propició su arresto en San Claudio, se les atribuyen otros dos en Gijón, uno en Oza Cesuras (La Coruña), dos en la provincia de Lugo, en A Pastoriza y Castro de Rei y uno más en León. No se descarta su participación en otros atracos similares producidos también en el cuadrante noroeste del país durante los últimos meses. Está previsto que los cuatro detenidos pasen a disposición judicial a lo largo de esta mañana.
Para los vecinos y comerciantes de San Claudio, la bomba colocada para reventar el cajero y que causó importantes daños en la oficina, fue una «sorpresa» por el 'modus operandi', pero no que «suceda aquí, parecemos tercermundistas. Estamos totalmente abandonados, no hay ningún tipo de seguridad», aseguraba ayer Nacho Muñiz.
Los vecinos de la localidad llevan años denunciando la escasa vigilancia policial como una de las razones de que los robos se sucedan en San Claudio, de los que han sido víctimas en varias ocasiones la iglesia de Santa María, los locales de ensayo del Grupo Xuno y prácticamente todos los establecimientos hosteleros o comerciales, pese a las medidas de autoprotección que todos han ido colocando en sus locales. Los robos, insistía Muñiz «vienen sucediendo desde hace tiempo en algunos bares de la zona».
Diana Cachero, que regenta el bar Las Palmeras hasta donde llegaron los restos de cristales tras la explosión en la oficina bancaria, señalaba que «nos asustamos mucho», pero celebraba que, pese a los daños, «podría haber sido mucho peor». «Estamos preocupados, pero es que no hay control ni seguridad de ningún tipo», añadía la vecina María Luz Pérez, que vive bajada la calle y se despertó con la explosión: «Escuchamos el ruido y no sabíamos qué podía ser».
