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La investigación apunta a que el hombre hallado muerto en Oviedo mató a su hermana y luego se quitó la vida

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El momento del levantamiento de uno de los cuerpos para su traslado al Instituto de Medicina Legal. FOTOS: ALEX PIÑA

La investigación apunta a que el hombre hallado muerto en Oviedo mató a su hermana y luego se quitó la vida

Los fallecidos son el arquitecto José María González Álvarez-Luengo y su hermana Alicia

GONZALO DÍAZ-RUBÍN

OVIEDO.

Sábado, 16 de noviembre 2019, 01:19

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Pasadas las cuatro y media de la tarde de ayer, la Policía Nacional precintó y cerró la puerta de la vivienda. El séptimo A del número 4 de la calle Santa Clara, en realidad, llevaba más de cuatro años cerrado. Hasta que ayer, poco antes de las dos de la tarde, los Bomberos forzaron la entrada y encontraron en su interior los cadáveres del arquitecto José María González Álvarez-Luengo y su hermana Alicia. Estaban, según apreció la médico forense una hora más tarde, «momificados». José María tendría hoy 67 años y su hermana, 71, pero se cree que fallecieron hace ya unos cuatro. Ella, en la cama de un dormitorio; él, en el pasillo. Los cuerpos «no presentaban signos de violencia», confirmaron fuentes policiales.

Lo de los cuatro años es una estimación de la forense, pero también el tiempo que hacía que los residentes en el edificio, en cuyos bajos está la popular sidrería La Chalana, no sabían nada ni veían a los dos hermanos.

Según explicaron varios residentes, hace más de cuatro años, la comunidad de propietarios aprobó una derrama para hacer mejoras en el inmueble. Sin embargo, los dos hermanos no pagaron su parte, ni la de su piso ni la del estudio de arquitectura de José María, ubicado también en el mismo edificio. También dejaron de abonar las cuotas de la comunidad ni respondían a los requerimientos del administrador, que inició un pleito contra ellos. El 30 de enero de 2018, el Juzgado de Primera Instancia Número 2 dio la razón a la comunidad y condenó a José María González Álvarez-Luengo al pago de algo más de 1.200 euros más los intereses legales. Desde entonces, el despacho legal que representa a la comunidad de propietarios hizo múltiples intentos de notificar la sentencia y dar con el paradero de estos vecinos sin éxito.

Todo se precipitió a principios de esta semana. El agua comenzó a entrar por «los óculos del baño» de la vecina del 6º A, Rosa Domínguez, que avisó al administrador a través de su hija. «Muy nerviosa», Domínguez explicaba ayer, tras el hallazgo de los cuerpos, que los dos hermanos «apenas se relacionaban» con el resto de vecinos y «era frecuente pasar mucho tiempo sin verlos».

La sentencia, las cuotas impagadas, la imposibilidad de reparar la avería de la calefacción central del edificio, por la existencia de una fuga en el circuito del piso de los Álvarez-Luengo, y las goteras en casa de esta vecina bastaron, por fin, para eludir el permiso judicial para entrar en la vivienda. El servicio de Bomberos apreció la existencia de razones de urgencia y procedió a derribar la puerta, que llevaba cerrada más de cuatro años.

Medicina Legal

Los dos buzones, el de la vivienda y el del estudio del arquitecto, estaban ayer llenos a reventar de cartas, publicidad y notificaciones. «Llevamos 17 años viviendo aquí y hará cinco que no los veo. Mi madre, que debe de tener una bola de cristal de bruja, decía que estaban muertos. Tenía razón», explicaba una joven vecina del noveno antes de preguntar si se sabían «ya las causas de la muerte». Esas las determinará la autopsia que se practicará en el Instituto de Medicina Legal de La Corredoria, a donde fueron trasladados los dos cuerpos.

Para los investigadores, algunos indicios apuntan a que el caso podría tratarse de un 'homicidio piadoso'. José María habría terminado con la vida de su hermana, que era dependiente, y después se habría suicidado. Indicios, sospechas y razonamientos que remiten a otros casos anteriores con similitudes. De nuevo, será la autopsia la que determine qué pasó hace más de cuatro años detrás de esa puerta que ayer quedó de nuevo cerrada.

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