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La nueva puerta de castaño de San Miguel de Lillo, idéntica a la que se instaló durante los años 60, de estilo neohistoricista. HUGO ÁLVAREZ
La iglesia de San Miguel de Lillo estrena nuevo portón

La iglesia de San Miguel de Lillo estrena nuevo portón

La sustitución de la puerta de acceso coincide con la restauración de las pinturas interiores del templo | El nuevo acceso es idéntico al que instaló durante los años sesenta Luis Menéndez Pidal, pero no se corresponde con el periodo histórico

ALBERTO ARCE

Viernes, 7 de diciembre 2018, 10:27

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Ya han finalizado las labores de sustitución de la puerta principal de la iglesia prerrománica de San Miguel de Lillo. El nuevo portón, con forma de arco de medio punto, fue diseñado por el restaurador Jesús Puras, que ya trabajó en el monumento el año pasado, ejecutando un arreglo de urgencia de la pintura de 'El entronizado' por encargo del Principado ante su alarmante deterioro.

La puerta, confeccionada en madera de castaño despiezada, tiene sujeciones de acero inoxidable y unas dimensiones de 3,40 metros de alto por 2,50 de ancho. El presupuesto estimado de la obra, que se realizó a expensas de la parroquia, es de diez mil euros. Empresas de El Berrón y Nava intervinieron de forma conjunta en esta actuación.

La sustitución del portón ha coincidido en tiempo con la restauración de las pinturas y los paramentos de San Miguel de Lillo, que ejecuta la empresa Ártyco bajo la dirección del Principado y del Instituto del Patrimonio Cultural de España, que finalizarán, según el plazo inicial estimado, dentro de un año.

Para los vecinos de la zona, este nuevo elemento era «necesario»; «algo que no podía esperar ni un minuto más». Así lo asegura, en declaraciones a este diario, el presidente de la asociación de vecinos Fuente de los Pastores y vecino del núcleo rural de Santa María del Naranco, Carlos Madera. También está convencido de que «con el debido mantenimiento por parte de las autoridades competentes» en materia de limpieza y de las restauraciones que se manifiesten necesarias con el paso del tiempo, y con la «colaboración» de los vecinos, «tenemos puerta para unos cuantos años». Al menos ese es el deseo de todos.

Otro de los residentes de la zona, Jesús Cabada, también señala que «los vecinos son el mayor factor de protección de los monumentos» del parque Prerrománico ovetense, pues su presencia «aleja» posibles actos vandálicos que «destrocen» las «reliquias» que existen en todo el entorno cultural del monte Naranco.

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