Medio centenar de ovetenses exigen al PP un plan director para el Campo San Francisco

Fernández Llaneza destacó el «carácter identitario» del Campo San Francisco, un espacio «que trasciende las diferencias políticas, sociales, económicas o de cualquier índole que pueda haber». Un espacio, reiteró convencido, «que reúne y ha sabido concitar en sí un consenso como pocos otros lugares de la ciudad»; un Jardín Histórico, además, «protegido por la ley de Patrimonio y que, por tanto, también merece unos cuidados», reivindicó.

No obstante, también es un lugar en el que algunos de sus puntos clave han visto tiempos mucho mejores. Por poner sólo dos ejemplos, los desperfectos en el paseo del Bombé se amontonan y, por otro lado, en el extremo inferior, en pleno centro de la capital asturiana, el mosaico del paseo de Los Álamos urge una rehabilitación profunda que no se termina de acometer.

El Campo San Francisco, denunció el portavoz del PSOE ovetense, «se está convirtiendo en un recinto ferial en el que cabe todo, con un mal uso que ha devenido en un abuso sistemático» a raíz de la instalación de mercados, ferias, exposiciones militares o casetas en las fiestas, enumeró. Lo que pide, en definitiva, es «evitar los abusos y dejar que el Campo siga siendo el Campo. Esto era un bosque, estamos perdiendo numerosos especímenes de árboles por razones justificadas en la mayoría de los casos (por cuestiones de seguridad o enfermedades fitosanitarias); eso no lo cuestionamos, pero lo que pedimos es que ese plan director del Campo San Francisco se ponga en marcha porque precisamente es el que tiene que garantizar que no se sigan cometiendo abusos y se mantenga la mancha forestal».

El manifiesto pone el foco en la utilización de lugares de interés del pulmón verde ovetense para la instalación de las atracciones y pista de hielo de la Navidad ovetense, la utilización de árboles centenarios para «atar indebidamente cuadros eléctricos», la forma en la que acceden camiones de gran tonelaje «que destrozan alcorques, bordillos y figuras de leones alados con más de un siglo de antigüedad». Episodios que se repiten cuando llega el Carnaval, las fiestas de San Mateo o, más recientemente, La Ascensión, durante la que «se convirtió en un mercadillo de artesanía».

Al mismo tiempo, los firmantes también tildan de «incomprensible» que al tiempo que esto ocurre siga en pie el «innecesario edificio conocido como el Pavo Real, obstaculizando la vista del magnífico kiosco de la música» de Juan Miguel de La Guardia; y recuerdan que este año no se pudo celebrar el Martes de Campo como manda la tradición –tuvo que ser trasladado al casco histórico– por la exposición de material militar, que tuvo lugar con motivo de los actos del Día de las Fuerzas Armadas en Oviedo.