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«El reto más importante que ha tenido que encarar la Universidad de Oviedo desde El Milán». Así define el rector, Ignacio Villaverde, el ... proyecto para la creación del futuro campus B de El Cristo. Un plan «ambicioso», «complejo» y «bonito» para reconvertir los edificios de Maternidad, Silicosis, el departamento técnico de Silicosis y Consultas Externas en las facultades de Formación del Profesorado y Educación, Ciencias y la Escuela de Ingeniería Informática de Oviedo, departamentos, laboratorios y demás servicios dividido en tres fases con fecha de finalización en 2031 y que primera vez tiene presupuesto: la inversión alcanzará los 102 millones de euros, incluidos 6,5 millones en equipamiento.
Esta presentación ha sido el tema estrella en el Consejo de Gobierno de la Universidad de Oviedo, celebrado este viernes en el Edificio Histórico. Villaverde informó al órgano universitario del anteproyecto arquitectónico, «la iniciativa más ambiciosa de la institución académica para los próximos años». Un espacio llamado a modificar sustancialmente el área urbana de Oviedo. «No solo es un proyecto de Universidad, sino de ciudad porque tiene que contribuir a recuperar el barrio de El Cristo», amplió.
Un plan que ha requerido, y requiere, la colaboración de cuatro administraciones: además de la institución académica, la cesión de los edificios formalizada a finales del pasado año por parte de la Tesorería General de la Seguridad Social; la aportación económica del Gobierno asturiano, quien financiará esta cuantiosa inversión con reflejo en los presupuestos regionales a partir de 2026; y del Ayuntamiento, ya que «habrá que plantear un plan urbanístico especial para cambiar de usos el suelo de sanitario a educativo».
Las obras afectarán a los citados cuatro edificios y permitirán una ganancia de espacio «notable» para la Universidad dado que si bien la superficie actual del campus de Llamaquique roza los 26.000 metros cuadrados construidos, los edificios del viejo HUCA suponen casi 49.000. Casi el doble.
La fase uno, la más compleja y costosa, afectará a Silicosis, que acogerá diferentes departamentos con sus despachos, laboratorios de investigación, seminarios y zonas de trabajo colaborativo. Consultas Externas, por su parte, albergará los decanatos y las direcciones, bibliotecas y zonas de estudio, salones de actos, zonas de reunión, administraciones de campus y centros, zonas para el alumnado, una cafetería y un comedor. Por último, el antiguo Centro Materno-Infantil estará equipado con aulas docentes multifunción, laboratorios docentes, seminarios y zonas de tutorías. Cada ala se destinará a una de esas tres facultades.
Los 102 millones de presupuesto se dividirán a su vez en tres fases correspondientes a esos cambios: una primera de 48,6 millones para reutilizar Silicosis; la segunda, con 14,1 millones para Consultas Externas; y la tercera con 32,7 millones para Maternidad. Ajustar aún más el calendario, y despejar cuánto quedará libre Llamaquique para la reagrupación de sedes judiciales queda para más adelante. También cómo será el complejo traslado. Queda pendiente, ya de entrada, cerrar las negociaciones con el Gobierno regional, con quien el rector destacó la buena sintonía para el desarrollo del Campus B. «Confío plenamente en el Gobierno y en el presidente». También en la disposición del Ayuntamiento. «Le presenté el proyecto al alcalde y está muy contento; tiene claro que consolida a Oviedo como ciudad universitaria».
El anteproyecto, realizado por la empresa alicantina Cor Architecture Design y que ahora ve la luz tras su entrega a la institución en noviembre de 2024, dibuja un espacio de e
, una zona completamente peatonal, un aparcamiento subterráneo, «que a su vez servirá para salvar las diferentes cotas entre el edificio de Silicosis y el resto; y una amplia plaza «para homogeneizar los recorridos entre los distintos espacios y favorecer la comunicación». El rector confía en comenzar a licitar los proyectos y las obras cuanto antes para empezar a transformar unos equipamientos que, a pesar de los años en desuso y el continuo robo de materiales, los arquitectos le han trasladado que «no están en mal estado; la intervención no va ser tan dramática».
Así, la ampliación del campus de El Cristo persigue cuatro objetivos principales: Primero, «satisfacer las necesidades espaciales de las titulaciones que actualmente se cursan en el campus de Llamaquique»; segundo, «optimizar los recursos disponibles con el fin de mejorar la calidad del servicio que la Universidad presta a la sociedad»; tercero, «reagrupar en torno a un único campus distintas titulaciones, de manera que se fomenten las relaciones colaborativas entre distintas áreas del conocimiento»; y, por último, «mejorar la sostenibilidad y gestión de los recursos».
La Universidad ve esta nueva zona como «subcentro de la ciudad», es decir, el concepto de campus frente al de edificio facultad. Supondrá la creación de un entorno «que promueve la biodiversidad y que está especialmente pensado para los peatones, la vertebración total de El Cristo en su zona más alta y más baja, y la centralización energética que permitirá fomentar la sostenibilidad». Queda eso sí, despejar quéocurrirá con la antigua Residencia Covadonga , propiedad de la Seguridad Social, y qué usos definitivos dará el Principado a los espacios en fase de derribo, como el Hospital General.
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