«Nunca va a haber irregularidades mientras Nacho Cuesta y yo estemos aquí», asegura Canteli
El alcalde manifiesta que el edil de Economía «no estuvo muy afortunado» al poner en entredicho la legalidad de la operación de la galería del Calatrava
ALBERTO ARCEROSALÍA AGUDÍN
OVIEDO.
Jueves, 15 de diciembre 2022, 01:51
Han sido mínimas las ocasiones a lo largo de estos tres años y medio de mandato del Partido Popular y Ciudadanos en las que el ... alcalde, Alfredo Canteli, ha salido públicamente a llamar al orden a alguno de sus concejales de gobierno. Mucho menos a uno de su propio partido -el PP-, cabeza motriz de la coalición con la formación naranja. Ayer; no obstante, el regidor se saltó esa dinámica para manifestar que el edil de Economía, Javier Cuesta, «no estuvo muy afortunado» en sus declaraciones del pasado lunes, cuando puso en entredicho la legalidad de la operación del centro comercial del Calatrava, en la que el Ayuntamiento pretende perdonar 1,7 millones de la deuda por IBI que arrastra el inmueble a sus nuevos propietarios, el fondo suizo Varia, a cambio de las dos primeras plantas del Modoo.
El primer edil, en ese sentido, no hizo mayor sangre de la situación y zanjó el tema con un «no voy a decir nada más», sentenció, durante su visita con su segundo de abordo, Nacho Cuesta, a las obras de mejora de la accesibilidad entre la calle Uría y la plaza de los Ferroviarios. Por eso, sostuvo que el próximo paso del Consistorio en lo tocante a la galería de Buenavista será «adquirir eso y hacerlo legalmente con todos los técnicos», sin irregularidad alguna, advirtió con vehemencia. En sus palabras, «mientras este señor que está a mi lado (Nacho Cuesta) y yo estemos aquí, no va a ver irregularidades nunca en el Ayuntamiento», abundó, para reiterar a renglón seguido que «lo haremos bien, porque tenemos bases para saber lo que podemos hacer y lo llevaremos a cabo», aseguró el alcalde.
Con todo, Javier Cuesta explicaba el lunes que la condonación de impuestos «va contra derecho» y que la dación en pago está terminantemente prohibida para una administración pública, salvo en casos de bienes patrimoniales históricos, cosa que el edificio diseñado por el afamado y polémico arquitecto valenciano no cumple. Es decir, algo así como cobrar en especie -o en Calatrava, en este caso-. Ante ese particular, Canteli, críptico, respondió ayer que «nadie condona nada», sino que «se condonará lo que se puede cobrar».
Explicado, según adelantó ayer EL COMERCIO en exclusiva, los planes del gobierno local, pese al edil de Economía, no pasan por aceptar una dación en pago como la que le sirvió al fondo suizo para hacerse con la propiedad de la superficie comercial, sino por acogerse a la ley 49/2002 de mecenazgo y articular la adquisición de los más de 20.000 metros cuadrados de las dos plantas inferiores a través de una donación que Varia realizaría al Ayuntamiento a cambio de incentivos fiscales. Un movimiento que aún deberán validar los técnicos municipales, inmersos ya en la redacción de los pertinentes informes al respecto.
Perfectamente alineado con el líder popular, Nacho Cuesta explicó que «estamos trabajando en una fórmula jurídica que permita que, a través de una donación, el Ayuntamiento pueda adquirir dos de las tres plantas y el fondo pueda revitalizar una de ellas». Todo ello, continuó el titular de Urbanismo, «contando con todos los informes municipales», para conformar un expediente que el Consistorio pueda firmar y «que genere derechos y obligaciones». A su juicio, «hemos explicado los términos de la operación y de manera reiterada». Hasta la fecha, uno de los pocos documentos con los que cuentan al respecto es el informe encargado externamente a un catedrático de Derecho Tributario de la Universidad de Oviedo, avalando la fórmula amparada por la ley de mecenazgo.
Un asunto que, preguntando a otros expertos, no sería tan sencillo. Según expuso ayer a este diario el catedrático de Derecho Administrativo, Leopoldo Tolivar Alas, «la ley de mecenazgo no se elaboró para situaciones como esta» y, «por mucho que puedan encontrar un resquicio para encajarlo», anticipó, «parece algo muy arriesgado».
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