Oviedo aprueba la ordenanza de Basuras que permite multar a quien no recicle
El edil Gerardo Antuña anuncia una campaña «más ambiciosa» de difusión de las obligaciones de la nueva norma
Los plenos se vaciaron de contenido desde que la Ley de Grandes Ciudades permitió trasladar la mayoría de competencias a las juntas de gobierno. El ... de ayer, el ordinario de septiembre, sin embargo, fue una excepción. Por unanimidad, la Corporación aprobó la nueva ordenanza de Limpieza y Recogida de Residuos. Hubo aplausos a la capacidad de diálogo del concejal del ramo, Gerardo Antuña, y al contenido de una norma que permitirá al Ayuntamiento sancionar a los vecinos que no separen sus basuras para reciclar y con la que se quiere acercar a Oviedo a los objetivos fijados por la UE. «Desde 1993 ha cambiado no solo la legislación, sino los usos de nuestros vecinos y hosteleros», expuso Antuña, que defendió la necesidad de hacer obligatoria la separación de residuos y acompañarla «de un régimen sancionador». El edil, también recogió el guante de la oposición y anunció una campaña «más ambiciosa» de difusión de las obligaciones de la nueva norma, que, aseguró, ha despertado el interés de otros municipios asturianos en copiarla.
Desde Somos, Nacho Fernández del Páramo, animó a seguir en esta línea de diálogo y, también, medioambiental. Sugirió pasar, en un futuro, a un modelo de recogida con los residuos identificados y reclamó la aprobación de las ordenanzas de Calidad del Aire y del Ruido, «que están guardadas en un cajón en contra de la salud de los vecinos del concejo».
Indalecio Prieto
El Pleno dio luz verde, además, al estudio de detalle de la unidad de gestión Indalecio Prieto, que prevé construir un edificio de ocho alturas desde la trasera de La Pumarada hasta adosarse a la medianera del 4 de Gascona, creando un pasaje privado. No hubo unanimidad. Pese a que el concejal de Urbanismo, Nacho Cuesta, afirmó que votar en contra «bordeaba la prevaricación», la oposición se cargó de razones. El portavoz socialista, Wenceslao López, insistió en las dudas sobre la titularidad de los terrenos, como señalan los informes de Gestión del Patrimonio, y recordó que los suelos proceden de una cesión de Feve de 1984 para un vial «entre Gascona y Martínez Vigil». Por distintas razones -la «excesiva edificabilidad de la parcela», la creación de «un pasaje privado»- se opuso Del Páramo: «Es un error», afirmó y reprochó a Cuesta que, en los dos años y medio de trámites, no se haya buscado una solución negociada que evite «un edificio gigantesco» y fuera de escala.
La respuesta del concejal de Urbanismo fue compartir las inquietudes de Somos, pero Cuesta sostuvo que «cuando se mantienen negociaciones y no llegan a buen puerto, se mantienen en el ámbito de la privacidad» y que en esta caso «no fue posible» el acuerdo.
Para Del Páramo, la confesión del «fracaso» resultó «rara e inquietante», «me parece surrealista que cosas de interés público queden en el ámbito privado y más cuando se negocia en representación de los intereses de los vecinos de Oviedo», advirtió el edil.
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