Oviedo enciende la Navidad más luminosa para «salir y consumir en la calle con responsabilidad»

Ya es Navidad en Oviedo. Un año después de la última, y una pandemia de por medio, el regidor Alfredo Canteli y el concejal de Infraestructuras y teniente de alcalde, Nacho Cuesta, se encargaron de inaugurarla encendiendo, a las siete de la tarde, el gran tendido lumínico que engalanará las calles de la ciudad durante todas las fiestas e insuflará «una dosis de alegría» a locales y extraños «en esta mala época que estamos pasando». Una Navidad, marcada por la crisis sanitaria y económica, para «salir a la calle y consumir», pero «con responsabilidad».

Así lo manifestó el alcalde minutos antes de pulsar el botón rojo que puso a funcionar los 4 millones de puntos de luz repartidos por 240 localizaciones del concejo, la disposición más numerosa en años. Eso sí, hay que salir «con responsabilidad», repitió Canteli y lo reiteró hasta en cinco ocasiones más; y «ordenadamente» para «disfrutar juntos». Con «distancias» y la mascarilla «bien colocada», porque «esto es serio», sentenció Canteli, «no se puede jugar con ello». Lo que sí deseó es que, bajo estas premisas, «comiencen a abrir la hostelería, los teatros y el comercio mayoritario».

En total, casi 150 calles y plazas urbanas, otras 39 en la zona rural y 32 fachadas de centros sociales iluminadas, además de 19 calles con megafonía navideña, para las que el Ayuntamiento ha destinado 550.000 euros, «prácticamente el doble que el año pasado», anticipó Cuesta, cuando se invirtieron 330.000 y la pandemia no asolaba la ciudad ni en términos sanitarios ni económicos. Un «esfuerzo muy importante», matizó, en un elemento -las luces- de «dinamización» de la capital asturiana para que «venga la gente a Oviedo, que disfrute, que vea una ciudad alegre y se insufle optimismo, pero con responsabilidad», reiteró el líder naranja.

Para el encendido, que llegó con las campanas de las siete de la tarde de San Isidoro el Real, el equipo de gobierno no lanzó convocatoria, consciente de que hacerlo podría ocasionar aglomeraciones en los 'puntos calientes' del recorrido navideño. Por eso, la «sorpresa» fue la expresión más recurrente entre los viandantes que se iban encontrando los grandes decorados casi sin querer. Eso mismo les ocurrió a Mónica Guarda, que se disfrutó de las luces «de casualidad» mientras paseaba junto a su hija, Alba Puga, por el centro. «Son muy bonitas, y la verdad es que hacen falta después de un año tan triste y duro», para abundar a renglón seguido que «yo soy sanitaria en el HUCA y lo sé bien».

Este año todo es más: más grande, más luminoso y en más lugares. Una de las novedades es el cono de la plaza de la Escandalera, de 20 metros de altura y efectos luminosos de cambios de color con tecnología led neón y mensajes de apoyo a los sanitarios y a los fallecidos a causa de la covid. 'Gracias, sanitarios', alumbraba la estructura mientras Jesús y Marta Rico, y Míriam Revuelta se hacían un 'selfie'. «Este año hay más luces y son más bonitas», afirmó rápidamente Rico. «Acabamos de salir a verlas, pero nos están encantando», clamó Revuelta.

Otra de las novedades es el tamaño del túnel de luz de la calle Pelayo, el punto 'selfie' por goleada de 2019, que en este año casi duplica su longitud con sus 50 metros de largo para evitar aglomeraciones y una valla central, custodiada por los voluntarios de Protección Civil, que marca un camino de ida y otro de vuelta. «Es un verdadero espectáculo», dijo Rosana Fernández mientras lo cruzaba por primera vez con su familia. «Hace falta alegría en la calle, ya se nota que es Navidad».

A su vez, en el centro, la avenida de Italia brilló como nunca, también el Campo o la cascada de luz de la calle Milicias, que simula un enorme sauce llorón, árboles luminosos en la calle Fruela o el ya famoso reno de La Losa de Renfe fueron los puntos más visitados.