La peatonalización de El Antiguo incluirá una segunda fase hasta el Rosal y Martínez Marina
El Ayuntamiento comienza en la calle Altamirano los trabajos que se extenderán por Mendizábal, Ramón y Cajal y Pozos
La peatonalización de El Antiguo iniciada a finales de los años ochenta y desarrollada en la década de los noventa con la plaza de la ... Catedral como punto de partida afronta otra etapa. Ya ha comenzado una nueva fase que abarcará Altamirano –punto que visitó ayer el alcalde, Alfredo Canteli, acompañado del concejal de Planeamiento y Gestión Urbanística, Nacho Cuesta–, así como Mendizábal, Ramón y Cajal y Pozos, con una inversión que rondará los 1,5 millones de euros. Tras cuatro meses de obras, con una parada técnica en San Mateo, el Ayuntamiento acometerá una segunda parte para extender la peatonalización hasta las calles Fruela, Rosal y Martínez Marina con otro contrato y presupuesto «tan pronto como podamos», ya que «hay otras obras importantes en ejecución en esa zona que nos imposibilitan poder actuar en ella». Eso sí, garantizó que serán «dentro de este mandato».
El gobierno local consolida el modelo en una zona que comenzó con restricciones al tráfico durante la pandemia para facilitar el tránsito peatonal. Ahora se adapta además a un proyecto aún más ambicioso: «Es una actuación importante en unas calles que están incluidas en la Zona de Bajas Emisiones que se está recortando y conformando», indicó el regidor.
EL DATO
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1,5 millones de euros invertirá el Ayuntamiento para peatonalizar las calles Mendizábal, Pozos y Ramón y Cajal y renovar el pavimento de Altamirano.
Los operarios de la empresa Ogensa, adjudicataria de este primer tramo, ya han levantado gran parte del pavimento de la calle Altamirano, cortada parcialmente al tránsito. «Van a dar un toque diferente, principalmente a esta calle que estaba hecha una pena», explicó, a pesar de que «no hace tanto la reparamos pero ha vuelto a tener problemas». Se colocará un nuevo pavimento de granito y se modificarán los desagües.
Esta primera fase de los trabajos tendrá un plazo de ejecución de cuatro meses, con una parada técnica en San Mateo
Para que los obreros, las casetas y la maquinaria tomen el casco histórico este verano ha habido que solventar las trabas de Cultura. El gobierno local modificó en febrero de este año los primeros pliegos para cumplir con los requerimientos del servicio de Patrimonio del Principado, que a finales del pasado año había dado su visto bueno a las obras pero con una veintena de condicionantes para evitar romper la estética del entorno. Entre las principales, el informe regional instaba a unificar los acabados en caliza rosada de las aceras y zonas peatonales con las existentes en las inmediaciones, integrándose en las de la plaza Porlier, del Riego, en Eusebio González Abascal y la antigua Universidad y no sustituir el tramo más cercano a esta última por caliza gris. Solicitó igualmente reducir la zona de carga y descarga, eliminar las marcas de señalización de zonas y viales pintadas sobre el pavimento y reducir el impacto, así como incluir el estudio de eliminación de las barreras arquitectónicas y, de paso, aprovechar para recuperar la antigua farola decorativa de Porlier.
Este es uno de los proyectos incluidos en el programa electoral del equipo de gobierno y el alcalde garantizó que cumplirán otros antes de agotar el mandato. Mencionó la plaza de toros, las pistas de atletismo del Naranco, «que tuvieron una reunión ahora todavía y yo creo que dentro del año tiene que arrancar también», así como el proyecto de la pista de hockey sobre patines «que se nos está retrasando demasiado, pero yo creo que ahora va ya» y trabajan en el diseño para transformar el mercado de abastos de La Corredoria «en un gran centro social integrado».
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