Borrar
Carlos Gil de de Gómez. ALEX PIÑA

Pone sarcasmo a la vida entre ensayos y novelas

Por amor. Escritor, administrador del Principado, socarrón y divertido; casado, con dos hijas. Presume de ser el mejor dormilón. Logroñés que se vino a Asturias detrás de una chica tras estudiar Ciencias Políticas en Madrid, cosa que le gustaba «hasta que conocí la política de cerca»

Domingo, 6 de julio 2025, 02:00

Sarcástico, socarrón, ácido, repleto de chispa y buen humor. Tras unas gafas de pasta al estilo más 'cultureta' parece un personaje de los monólogos de El club de la comedia pero no hay que quedarse en el ejemplo porque es mucho más. Detrás de las gafas esconde unos ojos vivarachos que lo escrutan todo. Escritor, dormilón –«nadie me supera en el arte de dormir»–, habla sin levantar la voz. Sonríe, esboza una frase conseguida y le gana el corazón al interlocutor. Sabe hacerse querer aunque intente parecer distante y alejado de los sentimientos, como si en todo momento fuera un notario serio que da fe pero no se mezcla. El caso es que no lo consigue porque lo que intenta se nota que no es el fondo de sí mismo. Esconde dulzura, cariño y mucho respeto por el ser humano pese a que repite que «no me gusta la gente, sólo las personas». Es decir, es de distancias cortas y uno no se lo encontrará en grandes conciertos y sí en pequeñas salas. Carlos Gil de Gómez (Logroño, 1976) lleva en Oviedo desde los años noventa, «cuando llegué persiguiendo a una chica de la carrera Ciencias Políticas que ambos estudiamos en Madrid». Laura, asturiana.

De niño y con un balón de fútbol.
Foto de juventud y vida de estudiante.
Con Carla y Martina.

1 /

Hijo de Carlos y María Jesús y hermano de Rosa. Estudió Ciencias Políticas en Madrid aunque no sabía muy bien lo que hacía porque «pensaba que me gustaba la política hasta que la conocí de cerca».

Así que se vino a Asturias por amor para preparar oposiciones al Cuerpo Superior de los Administradores del Principado, cuestión que aprobó en 2005. Por el medio muchos años de estudio con Laura, que «preparaba lo mismo pero ella aprobó antes»», en Ventanielles, «donde teníamos un pisito y lo único que veía durante el día por la ventana eran los trapicheos en la plaza de la iglesia; concretamente en el quiosco, donde se vendía de todo, incluso periódicos».

Cuando se iba a trabajar, el primer día se dio cuenta que no tenía ropa adecuada porque «sólo tenía chándal y pijamas que era lo único que necesitaba para estudiar, mi única ocupación durante años».

Cuando sacó la oposición, él y Laura se compraron un Ibiza rojo «y nos dedicamos a dar la vuelta a España y Portugal porque ya estaba bien del encierro de estudio». «Después de eso no asentamos, decidimos comprar un coche más grande, un piso y eso trajo la hipoteca, las responsabilidades y dos hijas, Carla y Martina».

Les casó el abogado y novelista Iván de Santiago cuando era concejal y esa incipiente amistad terminó con una trilogía de misterio a cuatro manos intentando salvar la vida del Papa.

Y esa es la otra parte de la vida de Carlos Gil de Gómez, escribir. «Al principio escribía pero no publicaba hasta que mi hermano me puso los puntos sobre las íes y me dijo que quién era yo para decidir sobre si publicaba o no, que eso debía decidirlo el lector».

Desde 2010 ha publicado tanto en forma de novela como de ensayo, lo que más ha hecho, catorce libros hasta 'Pareja de terapia' «que salió a la venta el 2 de julio». Carlos Gil de Gomez te hace reír.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio Pone sarcasmo a la vida entre ensayos y novelas

Pone sarcasmo a la vida entre ensayos y novelas