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«Ni una mesa libre» en las nuevas casetas hosteleras
Veintidós de las cuarenta instalaciones que sustituyen a los chiringuitos abren sus puertas sin luz al carecer de un certificado
ROSALÍA AGUDÍN
OVIEDO.
Sábado, 11 de septiembre 2021, 00:47
Había ganas de San Mateo y muchos ovetenses no se quisieron perder ni un minuto de fiesta tras un año prácticamente en blanco por la pandemia. Nada más abrir las nuevas casetas hosteleras, que sustituyen a los tradicionales chiringuitos y se reparten entre cinco escenarios, las terrazas se llenaron. Era una prueba de fuego y, de momento, pese a la nostalgia de muchos, parece que funciona al menos en cuanto a clientela: «No hay ni una mesa libre», comentaba uno de los clientes pasadas las ocho de la tarde en la plaza de la Catedral. Tras intentarlo en el Campo San Francisco, Porlier y en la plaza de Alfonso II el Casto, volvía a dar una vuelta para tomar algo con unos amigos que llegaban de Madrid y cumplir así con la tradición mateína.
El escenario de la parte alta de Oviedo, el parque del Truébano, también se inauguró como recinto festivo con «mucho ambiente». El horario de los puestos, informaron fuentes municipales, se ha alargado hasta las 2.30 horas con la desescalada de las restricciones sanitarias.
La jornada, a pesar de todo, se vio empañada por los problemas de luz que sufrieron veintidós de las cuarenta casetas. Según explicó Joel Arístegui, dueño de La Mal Querida, y que logró uno de los cuatro puestos del paseo de la Herradura, pagó «484 euros» para realizar el correspondiente certificado con el que dar de alta el servicio pero el papel, explicó, «no cumplía» los requisitos exigidos por Industria al estar una «firma mal» y no tuvieron corriente durante las primera horas de fiestas. La única solución era contratar a otra empresa y volver a pagar «300 euros más IVA» para que les hiciese la documentación de forma correcta.
Los primeros enganches se produjeron pasadas las ocho y media de la tarde y la principal consecuencia fue que en el paseo de la Herradura ninguna de las casetas pudo ofrecer sus productos hasta que no tuvieron luz. «Estamos cerrados porque no hay suministro; a dos velas», explicó Arístegui; mientras que Pedro Salinas, responsable del Rincón del Mojito, ubicado en la plaza de Porlier, «subsistió» como pudo para atender a los primeros clientes. «Damos bebidas frías y sin comida porque las freidoras necesitan la corriente», comentó.
Roberto Suárez, de la sidrería La Florida y cuyo puesto se encuentra en el paseo del Bombé, llenó las neveras «de hielo» para garantizar que la bebida estuviese fría y dos de las cuatro casetas del parque del Truébano también se las ingeniaron como pudieron.
Los ovetenses inaugurasen por todo lo alto el nuevo modelo festivo. «Hay muchas ganas de fiesta» tras año y medio de pandemia, contó el grupo liderado por Daniel Santirso.
Ellos echan de menos a los chiringuitos de la Aparo y El Rincón Cubano, según contaron, pero ayer «probaron el nuevo modelo» en la plaza de la Catedral. Allí las casetas fueron decoradas de forma distinta a la oficial al declararse herederas de los chiringuitos bajo la plataforma Fiestes Populares.
Asimismo, el grupo de la familia Fernández y Pablo Rodríguez se mostró «con ganas» de celebrar San Mateo y de ir hoy al concierto de Antonio Orozco. Las entradas ya están agotadas. En Porlier, el equipo de gobierno disfrutó de las primeras horas de fiestas junto al pregonero. Otra de las novedades de estas fiestas es que el parque del Truébano se ha inaugurado como recinto festivo. De esta forma, los terrenos del antiguo HUCA «vuelven a tener vida». «Está genial; nos está encantado», comentó la mesa encabezada por Carolina Alonso.