Música con sabor a bourbon

«¿Una charanga en la plaza de la Catedral?», preguntó, incrédulo, el ovetense Carlos Álvarez a uno de sus acompañantes. «No es una charanga, es una 'brass band', un grupo de metales y percusión», le respondieron. «No me importa, es lo mejor que he visto en los últimos años», clamó.

Durante el mediodía de ayer, la ciudad se quitó las legañas con más alegría que de costumbre, y todo gracias a la Kinfolk Brass Band, el grupo de Nueva Orleans invitado a pasar con todos los ciudadanos estas festividades mateínas. La banda ofreció un pasacalles de casi dos horas por el casco histórico, desde la calle Gascona hasta la plaza de Alfonso II, lugar en el que se quedaron hasta las dos de la tarde.

«Cuando sale a la calle, la música adquiere un nivel de expresión mucho más puro, sobre todo cuando se trata de un género como el jazz primitivo del sur de los Estados Unidos. Tener esto en Oviedo es algo muy positivo», declaró David Rueda, que se los encontró a su paso.

Al principio, los viandantes admiraron con cierto recelo a los ocho músicos que, bien estuviesen soplando con fuerza o cantando a pleno pulmón, por momentos, desfilaron bajo la pintoresca comandancia de Charles Barbar, el 'Grand Marshall' de la velada que dirigió a los intérpretes en todo momento y ofreció, además, copias de su disco, 'Bourbon street parade', a los presentes.

«No ha sido fácil traerles, son muy importantes en su ciudad y el traslado es costoso, pero el Ayuntamiento ha puesto de su parte», relató Ismael Maimuny, manager de la agrupación en España. Informó, además: que hoy estarán en la plaza de España y pasado en La Escandalera.