«Seremos sensibles con los sectores económicos en la aplicación de la norma»

El Ayuntamiento se enfrenta ahora a la revisión del mapa del ruido. Antes, ciudades como Valencia, Alicante o Cádiz ya han hecho los deberes y aplicado la normativa europea y estatal en cuanto a contaminación acústica, en el ínterin vivieron una guerra entre hosteleros y administración por la restricción horaria a las terrazas situadas en zonas de protección contra la contaminación acústica. Algo que si el Consistorio sigue con su tramitación tendrá que afrontar y llegar a consenso.

El documento de zonificación acústica, ahora en información pública, servirá de base para la modificación de la ordenanza de ruido (data de 1993 y está en pesetas) y todas las actuaciones que proponga a la hora de clasificar los umbrales permitidos.

Desde Urbanismo, ante la alarma generada, mantienen que «los hosteleros pueden estar tranquilos» y que se «será sensible con la aplicación de la norma» para uno de los sectores más castigados por las restricciones de la pandemia. «Seremos sensibles con los sectores económicos en la aplicación de la normal», generalizó ayer Jorge Fernández Mier, director general de la concejalía que dirige Nacho Cuesta.

Avanzó que trabajan en la modificación de la norma para, entre otros aspectos, «permitir el uso de hilos musicales ahora descartados» y, posibilitar «la música en directo de los locales», aseguró. Asimismo, recalcó que, pese a que el mapa del ruido delimita zonas de especial protección en entornos sanitarios o culturales como pueda ser la plaza de la Catedral, «la norma da margen para permitir actividades al aire libre debidamente motivadas». Dicho de otra manera, sin excepciones, la ley de ruido habría acabado con todas las verbenas del país.

La oposición aboga por seguir con los trámites que ya el tripartito avanzó en el anterior mandato. «Tanto la Ley del Ruido de 2003 como la directiva europea de 2002 son claras al respecto y el Ayuntamiento está obligado a cumplirlas y crear zonas de protección acústica para aquellas partes de la ciudad que se sobrepasen los límites de contaminación acústica», explicó Ignacio Fernández del Páramo, concejal de Somos Oviedo. «Lo que podrán discutirse en cualquier caso son las medidas concretas, sustentadas siempre en criterios y datos técnicos, que pueden hacerse para reducir la contaminación acústica», agregó pidiendo a Ciudadanos que sea «responsable» a excepciones presentadas a la hostelería por sus socios de gobierno.

De similar tenor, el socialista Fidel Rodríguez solicitó al equipo de gobierno que «no legisle a la carta para beneficiar a un sector económico en concreto» sino que «se ciña a la salud y el bienestar de los ovetenses».