La sidrería Nalón, premio Antroxu por «su contribución a la gastronomía ovetense»

Cuando en 1962 los padres de Vicente Lorenzo abrieron las puertas del restaurante sidrería Nalón, en la calle Fray Ceferino, el pequeño 'Viti' -como hoy lo apodan cariñosamente amigos y clientes- tenía solo tres años. Creció entre fogones, con aquel olor a caldo humeante clavado en el recuerdo, y la sensación de que no había otras manos como las de su madre, capaces de dar forma al primer plato de merluza a la sidra que hubo en Asturias. La cocina de Esmeralda Suárez, ya jubilada, fue, durante décadas, una de las principales referencias del mejor comer carbayón. Por eso, la junta local Otea Oviedo decidió ayer por unanimidad conceder el premio Mención Especial Antroxu 2023 al Nalón «por su contribución a la gastronomía ovetense con su apoyo al menú del Antroxu y al resto de menús gastronómicos de importancia cultural en Oviedo».

Reconoce así una tradición a fuego lento, al ritmo pausado de los cocidos que preparaba Esmeralda Suárez y hoy son el sello de la sidrería Nalón. En tiempos de cambios y proliferación de restaurantes con estrella Michelín, 'Viti' reivindica los sabores de antaño: «Es bueno que la gastronomía evolucione y se reinvente, pero hasta en los lugares más modernos prevalece un gusto por la cocina de siempre». No obstante, cree que hay espacio para todos. «Cada uno tiene su mercado». El suyo, en este caso, está más que claro.

Después de siete décadas de trabajo ininterrumpido, clientela no les falta. Eso sí, las cifras no son las que eran. «Antes la gente iba a comer una o dos veces por semana, ahora, van una al mes», lamenta Lorenzo.

Lo cierto es que de un tiempo a esta parte en el Nalón han tenido que apretarse el cinturón para cuadrar las cuentas a final de mes. Mantener un negocio a flote no es fácil, pero hacerlo en medio de una crisis económica resulta más arriesgado aún. En los buenos tiempos, entre 2014 y 2018, 'Viti' llegó a tener a diez personas en plantilla, hoy son seis. «Están siendo unos años especialmente difíciles para la hostelería», conviene.

A pesar de estar pasando por un momento de vacas flacas, el asturiano se resiste al derrotismo. Sus ilusiones está puestas en el fin de semana del Antroxu donde repartirán sus menús de premio a quienes se acerquen hasta la calle Campoamor -nueva sede de la histórica sidrería-. «Tendremos pote, tortos con picadillo y arroz con leche», cuenta 'Viti' que espera superar la cifra de treinta menús diarios repartidos en años anteriores.

La entrega del premio será el próximo miércoles en El Fartuquín, galardonado en la anterior edición.