Fallece Gustavo Gutiérrez, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2003
El reconocido pensador y peruano, considerado como el padre de la Teología de la Liberación, peruano ha muerto a los a los 96 años
Elena Cuesta
Gijón
Miércoles, 23 de octubre 2024, 16:19
El teólogo peruano Gustavo Gutiérrez Merino, considerado como el padre de la Teología de la Liberación, ha fallecido este miércoles a los 96 años. Fue galardonado en el año 2003 con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
«Con profundo dolor, comunicamos que esta noche ha partido nuestro querido amigo y fundador Gustavo Gutiérrez. Su obra y trabajo en favor de los pobres y los más descartados de la sociedad seguirá iluminando el camino de la Iglesia por un mundo más justo y fraterno», informó el Instituto Bartolomé de las Casas, asociación civil sin fines de lucro, fundada por el padre Gutiérrez en 1974.
Gutiérrez, nacido en Lima en 1928, fue un pensador y pastor comprometido con los más marginados de la sociedad. Desde su juventud, promovió una reflexión teológica basada en la realidad de los pobres.
Tras su regreso de estudiar teología en Europa,se desempeñó como párroco en el distrito del Rímac,en Lima, donde convivió con las comunidades más vulnerables.
El padre Gutiérrez fue un autor prolífico pues publicó decenas de artículos académicos y de divulgación, y numerosos libros que profundizan aspectos de la teología de la liberación, varios de los cuales han sido traducidos a distintos idiomas.
Precisamente, el padre Gutiérrez publicó, en 1971, Teología de la liberación, lo cual inició una corriente renovadora que enriqueció el concepto de lo que representa una teología, poniendo el foco en «la opción preferencial por los pobres».
Fue en 2003 cuando el jurado del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades acordó concederle el galardón a Gustavo Gutiérrez, como «iniciador de la renovadora corriente espiritual conocida como teología de la liberación, que propugna una atención especial al mundo de los desfavorecidos, entendiendo que la liberación preconizada por el mensaje cristiano no es aplicable únicamente a la faceta espiritual del ser humano, sino también a sus condiciones sociales y materiales».
«Con ello, esta propuesta de la teología de la liberación no se reduce a un planteamiento teórico, sino que constituye una práctica que, de modo especial en los países menos desarrollados, ha estimulado una dignificación de las condiciones de vida de millones de seres humanos», recogía el acta del jurado.
