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«El Prado y el Premio Princesa van a poner en el mapa a la Hispanic»
Philippe de Montebello lamenta que un museo como el suyo, con tres velázquez en sus fondos, no reciba las visitas que merece
M. F. ANTUÑA
OVIEDO.
Jueves, 19 de octubre 2017, 03:07
Fue un diálogo pictórico entre El Greco, Murillo, Anglada-Camarasa, Zuloaga y Sorolla. Ellos pusieron tiempo a las pinceladas precisas y ayer, en el Museo de Bellas Artes, las palabras las pronunciaron Philippe de Montebello, presidente del Patronato de la Hispanic Society y un hombre fundamental en el universo museístico -dirigió durante 31 años el Metropolitan de Nueva York-; Mitchell Codding, director de la institución que recibe el Princesa de Cooperación Internacional, y Alfonso Palacio, director del Museo de Bellas artes de Asturias. El último ejerció de anfitrión, y en una de sus salas colgó obras de los cinco autores para hacerlas hablar, con un océano de distancia, con las que atesora la Hispanic Society en la zona alta de Manhattan.
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Se buscaron puntos en común entre y unas y otras en un acto que sirvió también para recordar la impresionante trayectoria que la Hispanic Society ha tenido desde que, en el año 1904, Archer Milton Huntington, un millonario enamorado de España y lo hispano, decidiera echar a andar la institución. Lo hizo Mitchell Codding, un hombre que lleva treinta años vinculado a la entidad cultural que ahora preside. Contó cómo el niño Huntington con 12 años se enamoró de los museos durante un viaje a Europa. Fue en Londres donde un libro le abrió los ojos sobre el mundo hispano y de vuelta a Nueva York ya nada fue igual. Un viaje a México puso la guinda a ese amor y aquel niño se hizo mayor y creó una colección impresionante: de pintura, de libros, de escultura, de muebles, de cerámica, de manuscritos... Y en 1904 compró un terreno en la calle 155 en la que construyó el edificio que abrió sus puertas en 1908. La colección siguió creciendo. Goya, Velázquez, Sorolla, El Greco, Luis de Morales, Alonso Cano se van colocando en las paredes que hoy se remodelan con el ánimo de que las obras de arte que en ellas se cuelgan tengan más visibilidad.
Porque, como ayer se encargó de dejar claro Philippe de Montebello, si algo necesita la Hispanic no es mejorar sus colecciones, que son magníficas, sino hacer posible que miles de personas las vean. «No tenemos un cuadro de Velázquez, no tenemos dos, tenemos tres, mientras museos como el Louvre no tienen ninguno, y, sin embargo, para tener medio millón de visitantes necesitaríamos 23 años», dijo contundente en un castellano por el que se excusó ante el auditorio, que rió con su contundencia y sus toques de humor. Porque lamentó que para muchos neoyorquinos la calle 155 está tremendamente lejos de la 83, que es donde su ubica el Museo Metropolitan.
Acortar esa distancia no es una cuestión puramente geográfica. La Hispanic no se va a mover de su sitio y confían que en el futuro se multipliquen las visitas. En eso está Montebello desde que en 2015 asumiera la presidencia del patronato. «La exposición del Museo del Prado y el Premio Princesa de Asturias nos van a poner en el mapa», aseguró.
Hubo recuerdos al pasado, miradas al futuro y también puede que incluso se abrieran algunas puertas a la colaboración entre la Hispanic Society y el Museo de Bellas Artes de Asturias. Hoy Montebello ha quedado con Alfonso Palacio para visitar la pinacoteca asturiana a fondo. Y este último ayer mismo ya lanzó un guante. Citó entre sus fondos las destacadas obras del asturiano Carreño Miranda y no dudó en apuntar que cualquiera de ellas sería bienvenida a Asturias como obra invitada.