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El jefe del Estado dirigió continuamente la mirada a la Princesa de Asturias, en cuyo papel como heredera de la Corona centró buena parte de su intervención. EFE

Premios Princesa | Felipe VI pasa el testigo a Leonor con un discurso sobre su papel como heredera

Anima a la Princesa a que «renueve permanentemente» el compromiso con España en una intervención sin referencias a Cataluña

ANA MORIYÓN

OVIEDO.

Sábado, 19 de octubre 2019, 02:11

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La participación por primera vez de Leonor en la prestigiosa entrega de los Premios Princesa de Asturias que cada mes de octubre acoge Oviedo eclipsó, de alguna forma, la figura de los Reyes de España. El propio Felipe VI quiso también contribuir a que esto ocurriera y, si ya durante la audiencia con los galardonados que tuvo lugar por la mañana cedía a su primogénita el honor de hacer entrega de las insignias; por la tarde, en el solemne acto del Teatro Campoamor, enfocó su discurso hacia ella y el papel que a partir de ahora le tocará asumir como heredera a la Corona.

Si bien se había generado cierta expectación en torno a las palabras del jefe del Estado, por ser la de ayer su primera intervención pública después de la sentencia del Tribunal Supremo, que impone penas de cárcel por delitos de sedición y malversación a los líderes del proceso independentista, el Rey optó en esta ocasión por no hacer referencia alguna a la situación que vive estos días Cataluña. En su lugar, el monarca quiso aprovechar la ceremonia en la capital asturiana para, de forma simbólica, entregar el testigo a su hija y resaltar su papel como heredera en un claro mensaje de continuidad dinástica.

Dirigiendo continuamente la mirada hacia ella, le indicó el compromiso que debe mantener tanto con los Premios Princesa de Asturias como con la fundación que ella misma preside y, en definitiva, con la institución que está llamada a encabezar y con pueblo español. Quiso el Rey reforzar con sus palabras la trascendencia institucional que representaba ayer la presencia en Oviedo de Leonor, y también de su hermana, la infanta Sofía, al indicar que esta cita anual es muestra de «ese compromiso con los españoles que deberás renovar permanentemente con dedicación, espíritu de servicio, lealtad y responsabilidad». Y además, le instó a hacerlo «siempre con humildad, y consciente de tu posición institucional, haciendo de la Corona día a día una referencia de servicio a nuestro país, porque eso es lo que de ella esperan nuestros ciudadanos».

Reconoció en su discurso que esta edición era especialmente emocionante para él y la Reina Letizia por ser la primera ocasión en la que sus hijas asistían a este acto, y remarcó que con su presencia «ambas transforman este día en algo muy especial y cargado de simbolismo». Habló entonces del papel de la Fundación Princesa de Asturias y del significado de los galardones que, desde España, «trascienden todas las fronteras y llegan a todos los rincones del conocimiento» para, a renglón seguido, elogiar uno a uno los méritos de los premiados de esta edición. A continuación, nuevamente dirigiendo la mirada a su hija mayor, expresó su deseo de que a partir de ahora las obras y sus protagonistas premiados cada año «jalonen tu vida con referencias profundas y duraderas de cultura, conocimiento, valores e inspiración intelectual». Y hacerlo, apostilló, en un mundo «en el que inevitablemente tendrás que vivir desencuentros e incertidumbres».

38 años después

Desveló el Rey que Leonor deseaba desde hace tiempo participar en esta ceremonia y rememoró cuando, hace ahora 38 años, él mismo, también con trece años y en el mismo teatro, pronunció su primer discurso con la misma «responsabilidad, emoción y confieso que también nervios, muchísimos nervios», pero, igualmente, «mucha ilusión». Para entonces Leonor ya había pronunciado su ovacionado discurso, por lo que el Rey no dejó pasar la oportunidad, en nombre suyo y de la Reina, de reconocer sentirse muy orgulloso de ella. El aplauso del público en ese momento se entendió como muestra de sintonía.

A partir de ahí Felipe VI quiso marcar el camino a su hija. Le indicó que «la obligación de servir a España y a los españoles debe ser el mayor orgullo y el máximo honor que puedas alcanzar» y, ante la atenta mirada de premiados, autoridades y demás invitados a la ceremonia, le advirtió de que su deber como heredera será «actuar siempre con el ánimo esperanzado, con coraje y con valentía; creciendo en responsabilidad, en bondad y en ejemplaridad».

Previamente, y como es habitual en cada edición, el monarca repasó los valores de cada uno de los premiados. Comenzó por el Premio de las Artes, Peter Brook, a quien se refirió como «maestro del teatro» y destacó su «convicción sobre el valor del arte escénico, sobre sus beneficios para el espectador». El rey entiende que el Museo del Prado, galardonado con el Premio de Comunicación y Humanidades, «forma parte indisoluble de la historia de España» y, por lo tanto, «de nuestra herencia cultural». Al tiempo, subrayó el papel del ingeniero estadounidense Salman Khan, Premio de Cooperación Internacional, por ayudar a través de su plataforma Khan Academy «a construir un futuro mejor con altruismo, con visión global y con espíritu innovador y creativo, insistiendo en el valor de la comprensión y en la capacidad igualitaria del conocimiento».

De la esquiadora estadounidense Lindsey Vonn, Premio de los Deportes, a quien felicitó por su cumpleaños, destacó que rasgos de su carácter como «la resistencia, la valentía, la tenacidad o la fortaleza son inherentes al éxito de su carrera deportiva», si bien la puso como ejemplo por su labor a favor de la igualdad y ser «ejemplo» e «incentivo» para millones de niñas. Se refirió a Siri Hustvedt, Premio de las Letras, como «escritora imprescindible por sus novelas y también por sus ensayos, tan lúcidos y tan interesantes» y puso en valor su «tenacidad» y «capacidad para reflejar todas sus inquietudes a través de la vida de sus personajes». Alabó las investigaciones sobre inmigración del profesor Alejandro Portes, Premio de Ciencias Sociales, y celebró que vea España como «referencia» para la gestión de una emigración «sostenida, diversificada y ordenada, imprescindible en el mundo actual».

Comentó que la bióloga estadounidense Joanne Chory y la ecóloga argentina Sandra Myrna Díaz, cuyos estudios han sido galardonados con el Premio de Investigación Científica y Técnica, muestran la «amenazante crisis climática, el calentamiento global y el grave problema medioambiental», al tiempo que se congratuló de que, para ellas, «aún hay esperanza, aún subsiste una posibilidad de construir un futuro mejor para las generaciones venideras».

Y a la ciudad polaca de Gdansk, Premio de la Concordia y representada por su alcaldesa, Aleksandra Dulkiewicz, se refirió como «ejemplo de solidaridad, de integración y de convivencia pacífica». Desde Oviedo lanzó su reconocimiento a cada uno de sus habitantes por su «vitalidad, civismo y unidad». «Son un verdadero ejemplo».

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