Pablo Espina muestra el camino del Reina Sofía al Real Avilés
El ovetense, exjugador blanquiazul y de Unionistas, repasa su etapa en ambos clubes y destaca a la afición charra como principal baza de un equipo herido
El Real Avilés Industrial visitará este domingo por vez primera el Reina Sofía, estadio que Unionistas de Salamanca ha convertido en su remozada casa, atrayendo a más de 4.000 socios que acuden en masa cada quince días a apoyar a su equipo, estandarte del denominado fútbol popular en España. Con un presupuesto tan humilde como transparente, el club lleva en Primera RFEF todas las temporadas de la categoría, aunque este curso ha comenzado con tres derrotas en las primeras tres jornadas, lo que ha propiciado la destitución en forma de traspaso de Oriol Riera.
A pesar de la juventud de la entidad charra, fundada en 2013, son varios los nexos de unión entre, valga la redundancia, Unionistas, y el Real Avilés. Por lo pronto, el primer entrenador del equipo salmantino, artífice de los primeros ascensos de la historia del club, fue Astu, a la postre director deportivo del equipo realavilesino, al que clasificó para su primer 'play off' de ascenso a Primera RFEF.
En Unionistas también jugó unos partidos Edu Cortina, el actual mediocentro-central blanquiazul, Adri Gómez... y de la misma manera un futbolista que, si su trayectoria en el Suárez Puerta estuvo marcada por las lesiones, en el Reina Sofía disfrutó de «la última temporada en la que tuve un rendimiento bueno y sin problemas físicos», recuerda.
Se trata de Pablo Espina (Oviedo, 1990), que vistió la elástica blanquinegra en el curso 2021-22, estrenándose y estrenando la Primera RFEF después de un curso anterior en el que no consiguió tener regularidad con el UCAM Murcia en la antigua Segunda B. Antes, había sido clave en el Guijuelo de Astu, quien le fichó también para el Avilés.
«Llegué al Avilés con ilusión y ganas, pero tuve muchas lesiones y nunca pude alcanzar mi mejor versión», lamenta
A nivel personal marcó seis goles en 36 partidos, 25 de ellos de titular. Y a nivel colectivo «nos quedamos a las puertas del 'play off'», recuerda. «Empatamos a puntos con el Celta B a uno del quinto, la UD Logroñés. Fue un año muy bonito y tengo un gran recuerdo de Unionistas, de la ciudad y de la afición», una hinchada que «es el principal valor y la baza fundamental del club» en un momento en el que a nivel deportivo está herido.
En Unionistas coincidió con Edu Cortina y ambos firmaron por el Real Avilés en el verano de 2022. Con la camiseta blanquiazul, Espina pudo disfrutar –y sufrir– del 'play off' de ascenso a Primera RFEF con el dolorosísimo final frente al Recreativo Granada, pero sin embargo en su cabeza pesa más que «no estuve a mi mejor nivel. Llegué con muchas ganas, con mucha ilusión, con ganas de ayudar al Avilés a crecer y poder jugar en Primera RFEF con el Avilés y tuve muchas lesiones, nunca ofrecí mi mejor versión y el segundo año fue muy complicado», lamenta el futbolista.
Pese a que su intención era quedarse ya en Asturias, su salida en el mercado invernal de hace dos cursos del Suárez Puerta le llevó a aceptar la propuesta del Salamanca UDS, con el que consiguió ascender a Segunda RFEF. Tenía un año más de contrato opcional, pero «ambas partes decidimos rescindirlo. Al final me animé a salir otra vez, pero ya tenía claro que con las dos niñas, mi mujer trabajando en Asturias, mi futuro pasaba por estar en Asturias y empezar a ver el fútbol de otra manera».
Con esa idea firmó por el Mosconia, donde la temporada pasada fue titular indiscutible, marcó cinco goles y empezó a cambiar su rol, hasta el punto de lucir para esta campaña el dorsal número '6' como pivote del equipo. «El cambio lo hicimos en la segunda vuelta de la pasada temporada, ya con Josmay en el banquillo, y la verdad es que yo me sentí muy cómodo y al equipo le fue bien. Al final los años van pasando, no tengo la potencia ni las piernas de entonces y creo que puedo aprovechar mejor mis virtudes de esta posición».
En el Mosconia comparte vestuario con Morcillo, Jandro, Sergio Ríos... y club con Emilio Cañedo, que es el director de la escuela tras su corto período como entrenador el pasado curso. Al Real Avilés le desea lo mejor: «No es fácil, pero puede soñar con llegar al fútbol profesional».