El cambio radical del Real Avilés en cuatro meses

El 0-2 encajado ante el Numancia el 22 de diciembre de 2024 confirmó la crisis de un equipo que había sufrido como nunca en la primera vuelta a causa de las lesiones. El Avilés bajaba a la séptima plaza y el entrenador Javi Rozada azuzaba el fuego con una rueda de prensa muy dura en la que cargaba contra sus jugadores y ponía en cuestión su relación con el club y su continuidad desde enero.

La Navidad no fue fácil en las oficinas del Suárez Puerta, donde se debatía entre la continuidad o la destitución del técnico ovetense, que ya había tenido varios encontronazos con el club desde el verano, el más sonado su desprecio a la Copa Federación. Pocos apostaban por darle otra oportunidad a Rozada, pero una reunión con el presidente Diego Baeza en Nochebuena acabó bien para los intereses de ambas partes y se pusieron los mimbres de lo que vendría después.

El cuerpo técnico aprovechó el parón navideño para diseñar un nuevo plan de preparación física, resetear a la plantilla e ir a por el objetivo de la segunda vuelta, que ya no era el ascenso directo que se promulgaba en verano, sino entrar en el 'play-off'.

El Avilés empezó la segunda vuelta sumando un punto en Coruxo en medio de esa 'mini pretemporada', pero ese empate fue una base para lo que vendría después. El equipo completó en dieciséis jornadas un balance extraordinario, con siete victorias, ocho empates y tan sólo una derrota. Además, las lesiones fueron a menos en cuanto a número y gravedad, a excepción del caso cronificado esta temporada de Edu Cortina.

El equipo recuperó la solidez defensiva que había tenido en el inicio de temporada y pudo sacarle rendimiento a la eficacia goleadora de los jugadores de ataque, hasta el punto de sumar a falta de una jornada 30 goles con Santamaría (11), Javi Cueto (10), Natalio (8) y Momoh (1). Además, el centro del campo dejó de ser un solar para afianzar a piezas clave con el regreso de Gete en enero, o la regularidad de Kevin Bautista y Mecerreyes. Además, Nico Fernández comenzó muy bien la segunda vuelta y otro fichaje de invierno como Isi Ros ha ido creciendo con el equipo y se antoja una pieza fundamental en el 'play-off'.

La mezcla de esos factores ha permitido al cuerpo técnico sacarle todo el rendimiento que se le presuponía a esta plantilla diseñada por el director deportivo Miguel Linares en pretemporada. La tercera plaza, algo impensable también en enero, está ya en un bolsillo que se ha ido llenando poco a poco de ilusión para abordar una fase de ascenso que puede acabar en una fiesta después de tanto sufrimiento.