Javi Rozada y el Real Avilés, crónica de un desencuentro anunciado
La llegada del mercado de invierno vuelve a evidenciar la distancia entre el club y el entrenador, que presiona de nuevo para lograr el apoyo de Diego Baeza
«Tenemos que sentarnos a hablar. No sé qué va a decir el club, los planes que tenía. Tendremos una reunión». El técnico del Real Avilés Industrial ... , Javi Rozada, reabría el domingo tras la derrota ante el Numancia una herida que se remonta al pasado verano y que se cerró en falso en la crisis de la Copa Federación. Ahora, a unos días de la apertura del mercado de invierno, el técnico decide de nuevo hacer público su distanciamiento con el club como medida de presión en otro tira y afloja que deja en el aire su continuidad.
Rozada asegura que tiene que hablar con la entidad, pero lo cierto es que lo que parece buscar es el apoyo del presidente, Diego Baeza, porque con el director deportivo ya ha hablado y lo hace de forma habitual. Además de tener un contacto frecuente en los entrenamientos, ambos se reunieron a finales de la pasada semana en una conocida confitería de Las Meanas antes de la comida de Navidad de la plantilla blanquiazul. Miguel Linares actualizó con Rozada la hoja de ruta en el mercado de fichajes de invierno y en otros aspectos que han vuelto a dejar en evidencia las posturas antagónicas entre el club y el entrenador.
Los desencuentros vienen de muy atrás, casi desde el primer día en el que coincidieron Miguel Linares y Rozada en las oficinas del Suárez Puerta. El cordobés llegaba al club con la vitola de ser un director deportivo 'top' en las categorías inferiores del fútbol español, pero se encontró con el compromiso obligado del Avilés y su afición con Javi Rozada, que había resucitado a un equipo sin alma para salvarlo en una fase de permanencia dramática. En otras condiciones, Linares habría llegado con un entrenador de su confianza bajo el brazo, pero asumió que tenía que adaptarse al carácter peculiar y a la metodología del ovetense.
La política del club de hacer borrón y cuenta nueva dio pie a muchas operaciones de altas y bajas, y eso aceleró la erosión en la convivencia diaria entre el entrenador y el director deportivo. La tensión entre ambos llegó a ser por momentos insoportable, alimentada por Rozada y sus pulsos, como no tomarse en serio la Copa Federación, o amenazar con irse a pocas horas del cierre del mercado de fichajes. La baja de Edu Cortina para permitir un último fichaje sénior de su agrado tampoco fue fácil de gestionar dentro del club.
Lejos de apaciguarse la situación con el inicio de la liga, Rozada mantuvo su órdago con las polémicas declaraciones después de la eliminación en la fase nacional de la Copa Federación ante el Lealtad, donde reconocía que no había preparado el partido. Esa afrenta provocó un terremoto en el club y el técnico ovetense estuvo más fuera que dentro durante 48 horas. Curiosamente, fue Miguel Linares quien medió para evitar su destitución fulminante, a cambio de que saliese públicamente a pedir perdón.
El buen inicio de la liga, sobre todo en casa, parecía calmar las aguas, pero enseguida llegó la cascada de lesiones y la enfermedad de Mecerreyes, lo que obligó de nuevo a tomar medidas drásticas que reavivaron las diferencias entre el club y Rozada. A pesar de la rápida recuperación de Mecerreyes, la lesión de codo de Gete dejó cojo al centro del campo y el técnico presionó para que la ficha de Cortina sustituyese a la del cántabro. La decisión salió mal porque el medio ovetense, recuperado de la operación de tobillo, encadenó una dolencia de rodilla de la que todavía no se ha recuperado, y el equipo no ha podido utilizar a Gete en los últimos partidos del año a pesar de entrenarse con normalidad desde hace semanas.
Ese episodio se reabre ahora porque Gete tiene la ficha asegurada desde el 2 de enero y hay que dar una baja sénior antes de empezar a hablar de fichajes y de más salidas de jugadores. La situación en el puesto de mediocentro sigue siendo crítica, con la incertidumbre de la lesión de Edu Cortina, Mecerreyes en fase de recuperación y un juvenil como Macías de repuesto.
El club quiere fichar al menos a dos futbolistas más, uno de banda y un mediapunta, por lo que si no se cubren esos puestos con dos sub-23, las bajas de jugadores sénior aumentarán. Y en este punto ha estallado una nueva crisis entre el club y el entrenador, no sólo en las altas, sino también en las bajas, porque la dirección deportiva maneja una lista de nombres basada en el rendimiento que es diferente a la de Rozada, que no quiere deshacerse de jugadores afines a sus gustos futbolísticos. De ahí las manifestaciones el domingo en las que decía que quería ver «qué quiere el club y cuáles son sus planes». El técnico los conoce, pero presiona ante el presidente para intentar imponer su criterio.
Las diferencias no sólo abarcan al mercado de fichajes, porque también hay puntos de vista distintos relativos a otros aspectos relacionados con el día a día de la plantilla blanquiazul.
Javi Rozada apela ahora a una reunión con Diego Baeza, presidente del Avilés, pero quizás sea demasiado tarde para el técnico ovetense después de tantos desafíos públicos al club desde el pasado verano. La solución definitiva se verá en los próximos días.
El Avilés abre un período de reflexión antes de tomar una decisión sobre el futuro del técnico
La tormenta desatada en el Avilés tras la derrota del domingo ante el Numancia ha empañado las fiestas navideñas en el club. Con los jugadores de vacaciones hasta el día 2 de enero, la actividad en las oficinas del Suárez Puerta apenas se tomará un respiro en Nochebuena y Navidad porque hay que resolver la situación de Javi Rozada como entrenador blanquiazul antes de que se reanuden los entrenamientos.
Por tanto, el parón navideño da un cierto margen de maniobra a la entidad, que no va a pasar por alto las declaraciones del técnico ovetense del domingo, aunque los plazos los marcarán el presidente y sus personas de confianza. Por el momento, según ha podido saber este periódico, ayer lunes se abrió un período de reflexión antes de tomar una decisión definitiva. El presidente y propietario del club, Diego Baeza, quiere reunir la máxima información posible sobre la situación deportiva que atraviesa la primera plantilla antes de abordar una posible destitución de Rozada o su continuidad a partir de la próxima semana, fecha en la que comienza la preparación de la segunda vuelta.
Baeza incluirá en su ronda de reuniones en los próximos días un encuentro con Rozada, que a día de hoy tiene más elementos en contra que a favor para seguir como entrenador del Real Avilés Industrial. En cualquier caso, la decisión final no se demorará mucho porque el día 2 de enero no sólo se reanudarán los entrenamientos, sino que también se abre el mercado de fichajes de invierno y, en caso de que Rozada no siga como entrenador, el nuevo técnico también podrá aportar su punto de vista sobre los retoques que serían necesarios en la plantilla de cara a la segunda vuelta.
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