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Sin fiesta en el Tartiere
El Real Oviedo volvió a desperdiciar el primer tiempo y reaccionó al inicio del segundo, pero entonces llegó el penalti que costó el partido
RAMÓN JULIO GARCÍA
OVIEDO.
Domingo, 18 de septiembre 2022, 00:44
La misma piedra se volvió a cruzar en el camino del Real Oviedo. Un muy mal primer tiempo, con un equipo sin ideas y poco ... intenso y profundo, y escasa reacción en el segundo acabaron con la segunda derrota de los azules en el Carlos Tartiere y la primera pitada al equipo del curso.
Al Oviedo le volvió a faltar fútbol y producción ofensiva primero y luego acierto en los remates que tuvo para empatar, como uno de Obeng al larguero. Debutaron Pomares y Miguel Llambrich, en un once que acabó formando con tres delanteros.
La única novedad de la alineación fue la entrada en el centro del campo de Jimmy, en sustitución de Koba Lein, para formar pareja con Montoro en el doble pivote. El Real Oviedo tenía el balón y el Ibiza el partido. Mientras los azules sobaban el esférico en la zona de defensa y en el centro del campo, los insulares casi contaban sus llegadas por acciones de peligro.
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No hizo falta esperar mucho para comprobar que los oviedistas volvían a atragantarse en el inicio del juego y ante un rival que optó por esperar el problema era aún mayor. La reiteración de pases horizontales entre los centrales y los mediocentros era tediosa e hizo asomar los primeros pitos de la temporada por las gradas del Carlos Tartiere.
Ni Montoro, ni Jimmy eran capaces de poner los pilares del inicio de juego, pero tampoco Borja Sánchez, que lo intentó abandonando la banda izquierda y desplazándose hacia el centro. Sangalli también se cambiaba de banda para generar superioridad, pero sin éxito.
El conjunto de Bolo se ahogaba solo por la lentitud de sus avances, que le permitían ganar metros, pero hacia zonas sin espacios en los que acababan cayendo en la trampa del Ibiza. Todo ello estaba rebozado de imprecisiones en los pases, falta de intensidad en los duelos y poco acierto en las segundas jugadas y rechaces.
Por el contrario, el Ibiza no tenía la posesión y arrancaba desde mucho más atrás, pero lo hacía con velocidad y transiciones que le permitían plantarse en las proximidades de la portería de Tomeu Nadal en un santiamén. Lucas salvó la ocasión más clara del equipo visitante al adelantarse a Ekain en un contraataque y evitar que se quedara solo ante Tomeu Nadal.
En defensa, tanto Lucas como Tarín tuvieron que pegarse un par de buenas carreras para deshacer entuertos en los que les metían las pérdidas de balón de los centrocampistas. Prueba del desconcierto azul fueron las tarjetas a Borja Sánchez y Jimmy, fruto de la impotencia.
Alonso Aceves volvió a realizar un ejercicio de buena predisposición, corriendo y ofreciéndose, pero sin precisión a la hora de poner balones al área. Borja Sánchez, muy alejado del área, se perdía en recortes antes de lanzarse al ataque.
Los dos delanteros, Sergi Enrich y Borja Bastón, debían tener una sensación cercana a la frustración, ya que solo aparecían alejados del área. El 'pichichi' azul remató una vez en el primer tiempo y lo hizo fuera.
El juego era muy previsible y el equipo se seguía metiendo en la boca del lobo para la desesperación de la grada y de Bolo, que una vez más antes de acabar la primera mitad puso a tres jugadores a calentar. En esta ocasión fueron Luismi, Koba Lein y Marcelo Flores.
En el trayecto del equipo hacia el vestuario, coincidiendo con el ecuador del choque, recibió pitos de forma generalizada de una grada que se aburrió y vio un equipo apático y aburrido, que tenía que dar otra vez por bueno el empate en el marcador tras la primera mitad.
En el descanso se quedó en el vestuario Jimmy y entró Koba Lein. Los inicios ya devolvieron un equipo algo más entonado que rondó el área visitante y parecía que la charla del descanso había sido útil. El Oviedo parecía revitalizado y con más energía, lo que propició las primeras ocasiones de gol. La más clara fue un remate de Sergi Enrich que salió desviado, tras una buena acción entre Borja Bastón y Lucas. Sin embargo, el que pudo adelantarse a la hora de partido fue el Ibiza en remate de Herrera que sacó con apuros Tomeu Nadal y que Lucas acabó despejando.
Bolo quiso activar más al equipo con la entrada de Marcelo Flores y Miguel Llambrich por Borja Sánchez y Alonso Aceves, respectivamente. Sin embargo, lo que llegó fue el gol visitante al transformar un penalti por manos de Tarín dentro del área.
El equipo carbayón era un querer y no poder, ante un Ibiza cada vez más cómodo, que controlaba atrás y contraatacaba con bastante peligro.
Koba Lein intentaba conducir por el centro, pero no sacaba provecho. Las mejores jugadas llegaron en centros de Pomares desde la izquierda. Los de Bolo lo intentaron a base de asumir riesgos y dispusieron de algunas ocasiones para poder empatar el encuentro, la más clara un remate de Obeng al larguero tras un saque de esquina. Sin embargo el resultado no se movió y los tres puntos se esfumaron del Tartiere.
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