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Aarón Escandell (Carcagente, 1995) llegó al Real Oviedo el pasado verano con una larga sombra que borrar como era la de Leo Román ... . Hoy nadie discute al portero valenciano, que reconoce estar viviendo la mejor temporada de su carrera y a la que le falta una guinda que llegaría en caso de conseguir el ascenso a Primera División. Le ha dado tiempo de enamorarse de Asturias y quiere echar raíces en la capital del Principado.
–Llega la parte decisiva de la temporada y el equipo ha sumado siete de los últimos nueve puntos. ¿Sienten que vuelven a la buena línea en el momento más necesario?
–Sí, la verdad que esta racha nos está dando confianza para afrontar el tramo final de la mejor manera. El equipo sigue creyendo en sus posibilidades y vamos a pelear con todo hasta el final y por todo.
–¿Es la mejor temporada de su carrera deportiva?
–Creo que sí. Quizás se puede comparar con la de Cartagena, donde tuve también la confianza del míster. Pero creo que sí porque aquí estamos hablando de otros objetivos y luchando por otras cosas. Sí, esta es la mejor temporada de mi carrera.
–Llegó para sustituir a Leo Román después de una gran temporada. ¿Se sintió especialmente presionado en el arranque del año?
–No. Todo el mundo me lo ha dicho. Yo solo me centré en jugar y en demostrar que soy un buen portero. Por suerte, se me están dando los resultados. La verdad que Leo aquí dejó un muy buen recuerdo, pero yo me centré en lo mío y gracias a Dios todo el mundo me está diciendo que también estoy haciendo muy buena temporada y que están muy contentos conmigo. Y eso lo agradezco.
–Dicen que el Oviedo valoró mucho su capacidad de ayudar a salir con el balón jugado, pero la grada se pone muy tensa en ocasiones. ¿Cómo lo vive usted?
–Tengo esas características y no me puede afectar de cara a la grada en ese sentido. Pero yo, con todo el cariño, siempre se lo he querido mostrar. Los dos entrenadores que he tenido esta temporada han querido que intentara jugar desde atrás y lo estoy intentando hacer de la mejor manera posible y sin poner nervioso a nadie. Es verdad que alguna vez he pedido calma, pero sin menospreciar a nadie, sino para que estén tranquilos y que confíen en nosotros.
–Lo importante es que, cuando llega el momento de intervenir con las manos, también está siendo muy solvente. ¿Qué satisface más?
–A mí sinceramente lo que más me satisface es darle confianza al equipo, que pueda darle también puntos para que se sientan seguros. Yo pienso que lo demás es realmente secundario. Estoy aquí para hacer todo lo que pueda, pero el rendimiento siempre va a estar condicionado por cómo me acompaña a mí el equipo para bien y para mal.
–Lleva doce porterías a cero. ¿Siente que en estos momentos la solidez defensiva pueda acercar el objetivo?
–Sí, sin duda. No recuerdo que ningún equipo que haya subido a la Primera División haya encajado muchos goles o diese muchas facilidades atrás. Tenemos que seguir en esta línea porque el ascenso está carísimo y tenemos que mantener esa solidez.
–Se le ve siempre muy activo en los partidos, corrigiendo y hablando con sus compañeros. ¿Cómo de importante es esa comunicación dentro del campo?
–La comunicación dentro del campo es primordial, es una herramienta fundamental. Sé que a veces soy muy pesado, pero es mi forma de ser y creo que lo tengo ya hablado con ellos. La comunicación que hay entre todas las líneas, tanto en ataque como en defensa, cuanto mayor sea, mucho más fácil lo vamos a tener entre nosotros para ayudarnos y para tener en cualquier momento que reaccionar sin que nos cojan de improviso. Es una cosa primordial en el juego.
–¿Cuánto pesa la exigencia de vivir todo el año hablando de ascender de categoría?
–Eso depende de cada uno. A mí, por ejemplo, no me afecta que se hable más o menos de eso. Yo cuando decidí venir al Oviedo lo hice precisamente porque quería afrontar un reto así, por lo que estoy encantado de que exista esa presión. Además, a cada uno de los jugadores que tenemos en plantilla creo que no le pesa nada y, si no, estamos todos juntos y vamos todos en la misma línea.
–Entender la complejidad del Oviedo no es sencillo, pero ver que se prescinde de un entrenador estando en 'play off' explica algunas cosas. ¿Cómo vivieron ese momento?
–Ahí no entro yo porque eso es decisión del club. Pero es verdad que ahí se ve la exigencia que hay en este club, la que se nos marca. Se ve que es un club grande, en el que hay que conseguir cosas bonitas. Tanto el anterior cuerpo técnico como el nuevo están luchando por el objetivo que tenemos en mente y están trabajando de la mejor manera posible para ayudarnos.
–¿Cuánto ayuda una figura como la de Santi Cazorla en un vestuario?
–¡Uff! Santi Cazorla, en todos los sentidos, nos ayuda muchísimo. A que estemos tranquilos, a que nos soltemos... Por ejemplo, a la gente que viene de filial o a la que viene nueva nos ha acogido como uno más. Encima, como persona, es la alegría personificada. Aparte de la gran calidad que tiene, nos ayuda a afrontar algunos momentos o algunas dinámicas malas y nos ha ayudado a tirar del carro muchas veces, al margen de su estatus como capitán.
–¿Han cambiado mucho las cosas con Paunovic o es parecido?
–Es verdad que yo me siento igual y creo que Paunovic confía mucho en mí y eso es de agradecer. Es verdad que el nuevo cuerpo técnico nos está ayudando mucho, nos está exigiendo muchísimo y eso es muy importante para lo que vamos a vivir de aquí al final.
–Quedan siete partidos y todos serán complejos. ¿Sienten que los duelos directos tendrán la última palabra en lo que consiga el equipo?
–No lo sé. Diría que son igual de importantes los siete. Es poco probable que no pinchen todos los equipos, así que será cuestión de regularidad y, cuanto más regulares seamos, mucho mejor para nosotros, sobre todo en los enfrentamientos directos.
–¿La lucha por las seis primeras plazas ya es cosa de ocho equipos o da opciones a que alguna más se suma a la pelea?
–Conforme está siendo la calificación, parece que sí, que se hay ocho equipos, pero es verdad que el nivel es muy alto y muy parejo entre todos los que estamos en la pelea. Es imposible hacer pronósticos. En esta Liga puede pasar cualquier cosa.
–Su mejor marca de partidos jugados en el fútbol profesional son 36 con el Cartagena y lleva 34 con el Oviedo. ¿Se ve echando raíces en Asturias?
–Ojalá. Desde que llegué aquí, me di cuenta de lo que significa este club y lo grande que es y dónde había firmado. En mi cabeza no existe otra cosa que triunfar y estar aquí muchos años. Sería señal de que el equipo va bien, que el club va bien y, sobre todo, de regularidad. Tanto mi familia como yo estamos encantados aquí.
–¿En qué porteros se fijaba y se fija en estos momentos Aarón Escandell?
–Yo siempre me he fijado en Iker Casillas cuando era más pequeñito, hasta que se retiró. Luego ya, cuando debutó David de Gea, me fijaba mucho en él y me sigo fijando, ahora que ha vuelto a competir en la Fiorentina. En Primera División me fijo mucho en Courtois, Ter Stegen... Lo he hecho en Szczesny porque es muy importante el trabajo que hay detrás después de haberse retirado y volver a competir a un gran nivel en el Barcelona. Me ha llamado mucha atención cómo ha encajado el portero polaco y me parece que ha sido un trabajo de 10. Sobre todo de esfuerzo mental. No es fácil después de estar retirado volver a ese nivel y pienso que eso es de gran mérito.
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