Reacción obligada para el Real Oviedo ante el Elche
El Real Oviedo no pueden fallar ante el Elche para no agravar la crisis de resultados y poner en peligro las opciones de ascenso
Todos los equipos profesionales de fútbol juegan con la obligación de ganar. Este deporte va de eso, de conseguir resultados. Los debates sobre las formas ... ocupan el tiempo entre partido y partido, pero el aficionado renuncia a cualquier principio en favor de alcanzar un objetivo. El Real Oviedo no escapa a esta historia y por eso esta tarde, ante el Elche, jugará con la necesidad de sumar los tres puntos. Encadenar tres jornadas sin triunfos sería igualar la peor racha de la temporada y poner una piedra más en la mochila de la exigencia. El resto de las diatribas sobre el estilo tendrán cabida más adelante.
Javier Calleja llegó a Oviedo con una alargada sombra amenazándolo. Más que la figura de Luis Carrión, el oviedismo había descubierto que las opciones de ascender son una realidad y lo que antes se veía como un premio, hoy se ha convertido en una exigencia. El hecho de haber estado casi toda la temporada entre los seis primeros ya no sirve de coartada, la grada ve al equipo y quiere más. El problema es que a los azules parecen haberles temblado las piernas cuando se han sentado en la zona más alta de la clasificación.
Dijo Calleja al salir de Anduva que todos los males del equipo se curaban con una victoria. No le falta razón. Ganar al Elche supondría asegurar una semana más entre los verdaderos aspirantes al ascenso y también echar un cubo de agua fría en las brasas que se están avivando y que tienen al técnico azul en el disparadero de muchos aficionados. No parece lógico tener que vivir en esa situación, pero el oviedismo ha dado innumerables muestras de situaciones ilógicas a lo largo de su historia reciente.
La entrada de Santi Cazorla en el once titular apunta a ser la principal novedad de la alineación oviedista
Cazorla como salvavidas
Si ha habido una constante en la temporada del Oviedo es que ante cada situación comprometida la figura de Santi Cazorla emergió como apagafuegos. La figura del 8 azul va mucho más allá de lo futbolístico y en un jugador de su calidad eso significa mucho y hoy se volverá a demostrar con el homenaje previo en el que se bautizará el palco del Carlos Tartiere con su nombre. Su primera vuelta deportiva fue impecable. Fue el líder, jugo e hizo jugar a los compañeros, pero las molestias musculares le obligaron a parar. Él fue el que decidió darse un margen para ponerse en buenas condiciones y ahora, con un par de semanas de trabajo normal con el equipo parece listo para recuperar el timón del equipo.
El estilo del Elche también es una invitación a su titularidad. Los de Eder Sarabia amasan mucho balón, pero también es cierto que dejan espacios. Nadie los verá y los interpretará con la velocidad de Cazorla y de ahí puede nacer una fortaleza para el Oviedo.
Calleja tiene el trabajo de encontrar el mejor acomodo para el ídolo azul. Cazorla ha demostrado ser capaz de rendir en muchas ubicaciones, pero la apuesta por dos delanteros le deja algún espacio menos. Jugar como pivote no sería nuevo, pero le puede obligar a un gran desgaste en las tareas de recuperación; acostarse a una banda es una opción, pero el equipo podría perder profundidad y obligaría al lateral a asumir unas obligaciones ofensivas mucho mayores. El técnico sabe que tener sobre el césped a Alemao y Viñas es un lujo, pero juntar a todas las piezas a la vez en el arranque también parece complicado.
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No son muchos los que apuesten por el sacrificio de Colombatto o Seoane y tampoco se estila en los planes azules un centro del campo sin pivote defensivo. Las cábalas están muy abiertas, incluso en la zaga habrá que ver si Rahim se mantiene en el lateral zurdo o si Pomares puede regresar a la titularidad.
Todo esto sucederá bajo la atenta mirada de Jesús Martínez que apura sus últimas horas en la ciudad y que no querrá marcharse sin ver un triunfo de su equipo o teniendo que gestionar una crisis desde la distancia.
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