Suerte dispar para el Real Oviedo en el mercado de invierno
Desde su vuelta al fútbol profesional, el Real Oviedo ha realizado 22 movimientos, siendo claves las operaciones del curso 2019-20 para lograr la salvación
A falta de pocos días para que se dé el pistoletazo de salida al mercado de invierno, el Real Oviedo se centra en ... la búsqueda de un refuerzo que apuntale su línea defensiva. Todo apunta a que será el único movimiento de entrada en la plantilla, pero el club azul suma 22 operaciones invernales desde su regreso al fútbol profesional con algunas luces y muchas sombras en ellos. Acertar en esta época es clave para mejorar las plantillas y los carbayones trabajan con esmero en la búsqueda del jugador que llegue a competir por el objetivo de ascender a Primera División.
Después de penar durante 13 años en Tercera y Segunda B, el Oviedo regresó al fútbol profesional y en su primera temporada se plantó en el mes de diciembre ocupando la tercera plaza de la clasificación, con 35 puntos y a sólo uno del segundo puesto. El bloque que venía de Segunda B estaba dando un nivel muy alto y el club hizo una apuesta por reforzar la zaga y el centro del campo. Especialmente sonada fue la llegada de Josete, que unos meses antes se había enfrentado con el Cádiz a los azules en el 'play off' de ascenso, y una apuesta más segura parecía la de Míchel Herrero, con amplio bagaje en España y en el extranjero. Ninguno de los dos consiguió asentarse del todo en el equipo, si bien el segundo jugó 18 encuentros. El desfonde final del equipo hizo que ninguno de ellos siguiese para la campaña siguiente.
Fernando Hierro fue el líder del banquillo azul en la campaña 2016-17. El equipo se pasó el curso merodeando la zona noble pero nunca fue capaz de asentarse en ella. En un intento por dar un salto de calidad la dirección deportiva trajo a un jovencísimo David Costas a Borja Domínguez y a un, en aquel momento, desconocido Carlos de Pena. El central gallego fue pieza clave desde su llegada y esos seis meses pusieron las bases para su regreso definitivo en 2021. Borja Domínguez no tuvo suerte con las lesiones y el jovencísimo De Pena no pudo mostrar el nivel que acabó exhibiendo en el Dínamo de Kiev con el que llegó a jugar en Champions.
Pocas temporadas fueron peor valoradas que la 2017-18. Con Juan Antonio Anquela en el banquillo, el Oviedo se quedó fuera del 'play off' por el golaveraje particular con el Numancia. Con el equipo tercero y un punto más que en la actual temporada, el club sólo incorporó al delantero Olmes Fernández, que sufrió una lesión nada más llegar y se fue de Asturias sin llegar a debutar con los carbayones.
De la última década, la temporada 2019-20 fue la más agónica. El equipo tuvo tres entrenadores –Sergio egea, Javi Rozada y José Ángel Ziganda– y vivió con la amenaza del descenso todo el curso. Los movimientos de invierno fueron claves. Lunin demostró la clase de portero que es y se adueñó de la meta; Luismi e convirtió en el líder del centro campo y Rodri Ríos aportó algunos goles claves para la permanencia. Junto a ellos también llegó Sebas Coris, pero su aportación se quedó muy lejos de los anteriores.
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Vuelta de Borja Valle
Con el equipo estabilizado y con Ziganda en el banquillo, el regreso de Borja Valle fue la gran apuesta del mercado invernal de la 2020-21. El berciano que había formado parte del equipo del ascenso en 2015 volvía para buscar su mejor versión. No tuvo la continuidad esperada y al final de temporada decidió seguir por otro camino.
Volver a la lucha por el 'play off' fue el objetivo de la campaña 2021-22 y el mercado de invierno dejó dos movimientos poco habituales en estas fechas. El defensa Rodri Tarín firmó por el Oviedo por lo que restaba de temporada y tres años más; mientras que Hugo Rama lo hacía por esos seis meses y dos campañas más. Fueron excepciones dentro de los acuerdos por pocos meses de este tipo de operaciones.
Álvaro Cervera cogió el timón del Oviedo para sacarlo de una crisis de resultados y la plantilla no encajaba al 100% en su esquema futbolístico. Las llegadas en invierno de Leo Sequeira, Manu Valleja, Raúl Moro y Juanfran Moreno ayudaron a que pudiese desempeñarse con más fidelidad al estilo. Además, fue la primera del Grupo Pachuca en el club.
Hace un año, con el equipo tratando de remontar la desventaja acumulada en las primeras jornadas ligueras, el Oviedo apostó por Dubasin para reforzar el ataque y completó el regreso a casa de Boja Sánchez, mientras que Homenchenko llegó para apuntalar el centro del campo. El equipo se metió en 'play off', pero ninguno de los tres sigue en la plantilla.
Hay dos operaciones más en estas fechas. En la campaña 2018-19, Omar Ramos estaba sin equipo y firmó con el Oviedo en los primeros días de diciembre, en una operación similar a la efectuada ahora con la llegada de Francisco Portillo. Ninguno necesitó la apertura del mercado para ser inscrito, pero ambos recalaron cera del mercado invernal y se les dio tal consideración.
Todos los directores deportivos ficharon a mitad de temporada
Uno de los puestos menos estables en el Oviedo desde su regreso a Segunda División es el de director deportivo. La entidad suma siete personas en el cargo en diez temporadas, lo que habla de inestabilidad del puesto. Carmelo del Pozo fue el encargado de confeccionar los últimos equipos en Segunda B y el éxito de la 2014-15 le sirvió para seguir en el puesto, hasta que, en abril de 2016, el club anunció su marcha. La polémica salida de Sergio Egea le pesó y el mal final de curso remató su adiós. Ángel Martín González llegó para suplirle y se mantuvo en el puesto hasta 2019, siendo el más longevo de esta etapa. Tras su adiós, el club recuperó a Michu que tuvo la papeleta de lidiar con un momento convulso del club y decidió renunciar al cargo, después de la salida de Joaquín del Olmo. Francesc Arnau llegó para enderezar el rumbo de un equipo con aspecto de descenso a Segunda B. Su trágico fallecimiento dejó paso a la llegada de Rubén Reyes que hizo un gran trabajo en la 2021-22, pero se marchó al Getafe al término del curso. El Oviedo apostó entonces por Tito Blanco que se puso al frente de la planificación de la campaña 2022-23 con el reto de buscar sustituto para Ziganda. La llegada del Grupo Pachuca y la crisis de resultados con Jon Pérez Bolo provocó la destitución de ambos y que Roberto Suárez accediese al cargo de director deportivo, para liderar una nueva forma de trabajo en la que la opinión de Jesús Martínez tiene mucho, mientras que Suárez y Agustín Lleida se reparten las tareas de búsqueda y negociación de refuerzos.
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