Rozada: «No es un punto malo»

El entrenador del Real Oviedo, Javi Rozada, acabó el partido entrando al terreno de juego para reclamar al árbitro la última acción del partido, en la que preguntó al VAR por un posible penalti sobre Ibra pero que no revisionó al no tener dudas que despejar. Jugadores como Christian, Lolo o el propio Ibra lo interceptaron por el camino y evitaron que llegase adonde se encontraba el colegiado para mostrarle su enfado con la decisión de no revisar personalmente la acción.

El técnico no quiso hablar sobre esa reacción al terminar el encuentro. «No voy a hablar de eso, vengo a hablar del partido. Somos todos humanos y ha sido un partido competido, disputado y con pulsaciones altas. Preguntadme lo que queráis, esa jugada no lo sé, no la vi repetida y no puedo juzgar, me parece que Ibra tenía ganada la posición pero no lo sé», zanjó el ovetense.

El asturiano se mostró conforme con el trabajo de los suyos, a los que vio capacitados para poder haberse llevado el triunfo incluso tras la expulsión de Sergio Tejera por roja directa.«En el primer tiempo controlamos todas las facetas, entramos muy bien al partido, dominamos e hicimos daño al rival. La expulsión supongo que será roja, si se revisa lo será, pero nos pudimos llevar el partido hasta con diez», analizó el propio entrenador carbayón.

Rozada vio bien a su equipo en lo que a presión y salida de balón se refiere, y reconoció que si algo le pudo faltar al Oviedo en El Sardinero fue algo de calidad o atino en la parcela más ofensiva de cara a haber cerrado el partido antes o haber dado la vuelta al marcador tras el empate local. «Nos faltó un poco de talento para matar el partido, tomar buenas decisiones en ataque en esos últimos metros. El equipo interpretó bien el juego, la gente lo dio todo y se vació, y tal y como se dio el partido no podemos dar el empate por malo», admitió el propio Rozada, que vio a su equipo «muy superior» hasta la expulsión.

El responsable del banquillo carbayón matizó también que, a diferencia de lo ocurrido en otras ocasiones, ayer en El Sardinero el empate del equipo rival es fruto del saber hacer del contrario y no consecuencia de algo mal llevado a cabo por los azules. «Metimos el gol y cuando más cerca estábamos de meter el segundo, Figueras mete un golazo. Sabíamos que iba muy bien por arriba, no es un fallo nuestro, es un acierto suyo. Me voy contento porque cuando había que sufrir supimos hacerlo, nos sabe a poco pero no es mal punto», añadió.

Rozada también hizo balance de sus primeros 16 partidos al frente del equipo y se despidió antes de las vacaciones con un mensaje de confianza en el equipo. «El balance es positivo, el equipo ha demostrado en estos últimos partidos que está unido y que fue todo un accidente. Con ese compromiso e intensidad este equipo va a subir para arriba y va a afrontar la segunda vuelta con garantias», concluyó el ovetense.