Un ejercicio de fe que hace soñar al Real Oviedo

El once oviedista presentó tres novedades con la entrada de Oier Luengo por el sancionado Nacho Vidal, mientras que Portillo ocupó la banda izquierda del centro del campo en detrimento de Sebas Moyano. Fede Viñas regresó a la delantera en sustitución de Alemao. A la media hora el uruguayo se retiró lesionado y entró el brasileño. Los azules tardaron en cogerle el pulso al encuentro y los primeros minutos fueron de control de los visitantes que, aunque no generaban demasiado fútbolles bastaba para estar cerca de la portería de Aarón.

El juego de los de Paunovic era bastante previsible y solo eran capaces de llegar cuando el balón acababa en los costados, por la derecha Hassan y por la izquierda Rahim. Ninguno de los dos tenía mucha ayuda, puesto que Portillo solía desplazarse hacia el centro, mientras que por la derecha Oier Luengo no se prodigaba demasiado.

En la media hora que estuvo en el campo, Fede Viñas sí daba la sensación de poder hacer la guerra por su cuenta y ganó algunos balones de cabeza que se acabaron convirtiendo en las únicas oportunidades de peligro.

Con el paso de los minutos el balón pasó a estar en poder de los de Paunovic que tampoco sabían que hacer con él. Al llegar al borde del área no aparecían situaciones en las que buscar un último pase. El recurso acababa siendo colgar balones al área que eran fáciles de gestionar para la defensa maña.

El primer tiempo fue uno de los peores desde la llegada de Paunovic, sobre todo por la poca profundidad que tuvo el equipo. El Zaragoza acertó a tapar los tramos finales de las bandas, donde morían los intentos de los locales. Por el centro, pese a que en muchas ocasiones se juntaban Cazorla y Portillo, tampoco aparecían situaciones que pudieran acabar en algún remate. Los dos porteros tuvieron poco trabajo a lo largo de los primeros 45 minutos.

El paso por los vestuarios devolvió un Oviedo protagonista con el balón y un Zaragoza encerrado en su campo que esperaba algún robo para poder correr. Sin embargo, la telaraña de jugadores maños en la frontal no dejaba espacios para poder encarar la portería.

Una buena acción de Colombatto dejó un balón a Dani Calvo que disparó y Jair interceptó con la mano después de tocar en la pierna. El penalti, muy protestado por los maños, lo lanzó al poste Cazorla. Ocasión perdida para los azules de encauzar el triunfo y abrir el melón. Paunovic intentó revitalizar el centro del campo con un triple cambio: Paulino, Álex Cardero y Seoane, por Hassan, Cazorla y Portillo.

Los azules se volcaron sobre la portería del Zaragoza y comenzaron un acoso constante sobre la portería de Poussin, que empezó a tener el trabajo que no había tenido en toda la tarde.

En el primer minuto del tiempo de prolongación Paulino remató en el segundo palo un córner que había tocado Parachiv de cabeza. La alegría se desbordó en el Carlos Tartiere que celebró el pitido final por todo lo alto. Los azules duermen a dos puntos del ascenso directo y tienen ya garantizado disputar el 'play off' que otorga una plaza en Primera División.