Tropiezo del Real Oviedo antes del derbi

Los azules repitieron alineación por tercera jornada consecutiva, pese a que en la previa el entrenador había reconocido que le había dado muchas vueltas al equipo.

El partido respondió en sus inicios a lo que se esperaba, con los locales teniendo el balón y el Eldense esperando. Todo ello a un bajo ritmo y sin intensidad por parte de ambos contendientes. Los ovetenses circulaban de lado a lado el balón, con demasiada participación de los centrales en en inicio de juego. El resultado era que el equipo apenas avanzaba hacia la portería rival.

Faltaba frescura y, sobre todo, que aparecieran espacios para buscar algo de profundidad. Por el centro parecía imposible, ya que la acumulación de piernas en esa zona lo hacía muy difícil. Por las bandas, tampoco había manera por la falta de chispa y velocidad a la hora de buscar el pase al espacio. La conclusión era que los acercamientos a las áreas eran muy escasos.

Un centro de Masca al que no llegó por poco Borja Bastón y un disparo muy desviado de Sebas Moyano fueron las únicas ocasiones de los ovetenses en los primeros compases. Mientras que el Eldense, con menos se adelantó en el marcador. Un mal saque de banda de Bretones lo aprovecharon los visitantes para, con dos toques dejar solo a Iván Chapela delante de Dani Calvo, al que quebró y ajustó al palo para batir a Leo Román.

En un partido en el que no había pasado nada y menos generado por los visitantes, los carbayones estaban por detrás en el marcador y nuevamente tenían que remontar.

El gol les sentó mejor a los visitantes que entraron en una fase en la que controlaron el partido, en buena medida favorecido por las prisas que les entraron a los de Luis Carrión. El juego estaba más cerca del área de Leo Romá, pero eso no significaba que tuviera más trabajo, ya que apenas tuvo que intervenir.

Los ovetenses quitaron trámites en el centro del campo y empezaron a jugar algo más directo sobre el área visitante y, al menos, logró echar más atrás al Eldense y hacer que pasaran algunas cosas. Las dos ocasiones más claras llegaron en la prolongación de la primera mitad.

Primero fue Oier Luengo el que hizo emplearse a fondo a Álvaro Aceves con un disparo lejano pero muy potente. Luego Jimmy tuvo el empate en un balón muerto en el área, pero remató muy forzado y el portero logró detener el lanzamiento.

Los visitantes se fueron al descanso con ventaja en el marcador como premio a su orden defensivo y también por saber aprovechar la única ocasión de la que dispusieron. Los locales pagaron su falta de mordiente y pocos recursos ofensivos.

En el descanso Luis Carrión le dio la vuelta al equipo con tres cambios. Salieron del campo Viti, Masca y Jimmy por los que entraron David Costas, Paulino y Cazorla. Además, eso supuso un nuevo dibujo con tres centrales. David Costas por el centro y a los lados Dani Calvo y Oier Luengo. Cazorla hizo pareja en el centro con Colombatto, en busca de acertar con el último pase que estaba faltando.

El partido entró en una nueva dimensión, ya que los cambios tuvieron su efecto sobre el campo y las ocasiones comenzaron a sucederse hasta que a los 70 minutos llegó el empate al transformar Borja Bastón un penalti cometido sobre él mismo y señalado tras revisión del VAR. Además en esa jugada fue expulsado Dumic. Esto abría un nuevo encuentro y Luis Carrión metió más madera dando entrada a Alemao por Sebas Moyano

El acoso y derribo sobre el área visitante comenzó a ser constante y las ocasiones se sucedían. Fernando Estévez daba por bueno el punto y los suyos, con uno menos tenían bastante con defender y tratar de guardar el punto que tenían.

La ocasión más clara llegó en un lanzamiento de falta de Cazorla desde la frontal del área que se estrelló en la cruceta de la portería de Álvaro Aceves. Sin embargo, el equipo ovetense no era capaz de acertar en ninguna de las que tuvo.