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Los palistas se lanzan al río tras el cañonazo de salida ante la expectación de miles de asistentes al inicio de la competición. Damián Arienza

Una salida del Descenso del Sella mojada de emoción y alegría

El Descenso Internacional del Sella vivió en sus orillas uno de los más multitudinarios inicios de la prueba deportiva

Sábado, 9 de agosto 2025, 21:27

El rito se volvió a repetir un año más en la salida del Descenso Internacional del Sella, tal como lo ideó su creador, el inolvidable Dionisio de la Huerta, y el 'Asturias patria querida' coreado por miles de gargantas fue la música que dio paso a las primeras paladas de los participantes en la prueba. Siempre es así y a la vez distinto como el propio río que lleva desde hace 87 veranos el orgullo de ser el más internacional de la región.

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Entre las novedades de esta nueva edición, el adelanto de la hora del desfile festivo favoreció que el numerosísimo público pudiera desplazarse con más margen desde el centro de Arriondas al Puente y sus aledaños para presenciar la salida de la competición. De esta manera, ambas orillas del río irían llenándose progresivamente de espectadores y cuando la megafonía anunció a los palistas el cierre de los cepos en diez minutos, una inmensa multitud de público copaba todo el entorno de la salida.

Para ir templando emociones sonaron como ya es habitual los primeros acordes del 'Asturias' de Víctor Manuel, recibidos con un clamor general de entusiasmo que se convertiría en un coro de miles de voces para acompañarla. La icónica canción del mierense serviría para marcar un antes y un después en la zona de salida. La organización agradeció la labor de la peña piloñesa Los Tritones despejando el río de presencias inoportunas y a la vez invitaba a sus integrantes a abandonar su dominio fluvial para que se materializase el cierre de los cepos y el inicio de la cuenta atrás. Y del 'Asturias' de Víctor se pasaría al de Melendi, otro himno oficioso incorporado desde hace varios años a la banda sonora del arranque del Descenso.

La expectación era unánime cuando llegó el momento del pregón, pronunciado en esta ocasión por la regatista olímpica Theresa Zabell. Con voz emocionada, la medallista comenzó declarando que el Sella era «mucho más que una competición» y buscó un símil de la prueba en el propio desarrollo de la sociedad, afirmando que «podemos progresar cuando remamos todos juntos, cuando el esfuerzo se mezcla con la alegría y el deporte se convierte en una forma de vida». Quiso rendir homenaje a todas las personas que hacen posible el Descenso y en especial «a los y las piragüistas que con cada palada nos enseñáis a superarnos», para asegurar que «hoy el Sella vuelve a hablar en un idioma único, el del deporte, la convivencia y el respeto por el entorno en ese río que alimenta nuestro valioso mar que todos tenemos que cuidar», apuntó en un reflejo de su propio compromiso personal por la preservación de los océanos. Y tras desear un feliz Descenso, hizo suyos los legendarios versos de Dionisio de la Huerta:

«Guarde el público silencio

y escuche nuestra palabra.

De orden de Don Pelayo

después de medir las aguas

presidiendo el dios Neptuno

los actos de esta olimpiada».

Solo quedaba cumplir la invocación del fundador a cantar «con toda el alma», el himno oficial de Asturias y de Les Piragües. Un preludio doblemente feliz para dar salida a una prueba que tendría ganadores asturianos en la meta del puente de Ribadesella.

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