Las cuatro hipótesis de la OMS sobre el origen del coronavirus

El equipo de investigadores llegó el 14 de enero a la ciudad china de Wuhan, y, tras dos semanas de cuarentena, visitó lugares como el mercado mayorista de mariscos de Huanan, donde se produjo el primer grupo de contagios conocido, así como el Instituto de Virología de Wuhan, en el que se investiga con varios tipos de coronavirus.

El informe ha analizado cuatro escenarios en los que se pudo originar la SARS-COV-2, aunque cataloga a alguno de ellos como «extremadamente improbable». Estas son las cuatro hipótesis de la OMS sobre el inicio de la crisis sanitaria del coronavirus.

El informe de la OMS considera entre «posible a probable» que la pandemia surgiera por transmisión zoonótica. Esta hipótesis supone que el SARS-CoV-2 pasó directamente del huésped original, probablemente un murciélago, a los humanos.

Entre los argumentos a favor de este escenario, el informe señala que se han encontrado virus con una gran similitud genética con el SARS-CoV-2 en murciélagos 'Rhinolophus'.

El documento apunta también que «se han encontrado anticuerpos contra las proteínas de los coronavirus de los murciélagos en seres humanos que han estado en estrecho contacto con ellos».

No obstante, aunque el parentesco genético más cercano al SARS-CoV-2 es un virus de murciélago, el análisis indica que hay una importante diferencia evolutiva entre ellos.

Los expertos consideran «entre probable y muy probable» que el virus se transmitió desde el animal huésped original, probablemente un murciélago, al ser humano a través de un animal intermedio.

Aunque los virus más parecidos se hallaron en murciélagos, la distancia evolutiva entre esos virus y el SARS-CoV-2 se estima en varias décadas, lo que sugiere un «eslabón perdido» entre ambos, según el informe.

Otros virus muy similares también se detectaron en pangolines, lo que sugiere que la transmisión entre especies a partir de los murciélagos ocurrió al menos una vez. El informe señala que se observó un paso intermedio que implica un huésped amplificador para otros virus.

Sin embargo, esta hipótesis también cuenta con argumentos en contra. Hasta ahora, las pruebas realizadas a una amplia gama de animales domésticos y salvajes en Wuhan, donde comenzó el brote, no mostraron indicios de SARS-CoV-2.

Por otra parte, el informe sugiere que los alimentos congelados o sus envases podrían haber sido un potencial vector del SARS-CoV-2. Esta hipótesis, considerada «posible», se basa en argumentos como que China registró brotes relacionados con la importación de productos congelados en 2020 o que el SARS-CoV-2 se ha detectado en el embalaje exterior de productos congelados importados.

No obstante, «no hay pruebas concluyentes de la transmisión del SARS-CoV-2 a través de los alimentos y la probabilidad de que se produzca una contaminación de la cadena de frío con el virus a partir de un reservorio es muy baja», señala el informe.

Por último, la OMS también ha analizado la hipótesis de que el SARS-CoV-2 se propagase por un accidente de laboratorio, aunque la considera como «extremadamente improbable».

El CoV RaTG13, la cepa más cercana al SARS-CoV-2, hallada en muestras anales de murciélagos, había sido secuenciado en el Instituto de Virología de Wuhan y el informe señala que «aunque son poco comunes, los accidentes en laboratorio ocurren».

Sin embargo, la OMS apunta que «no hay registros de virus estrechamente relacionados con el SARS-CoV-2 en ningún laboratorio antes de diciembre de 2019, ni de genomas que combinados pudieran proporcionar un genoma del SARS-CoV-2».

«El riesgo de cultivar accidentalmente el SARS-CoV-2 en el laboratorio es extremadamente bajo», agrega el documento.