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Ángel José López Díaz, médico del HUCA.

Coronavirus | «No sabemos siquiera si generamos inmunidad a medio y largo plazo»

Ángel López, médico del Servicio de Medicina Preventiva del HUCA, advierte de la falta de datos fiables para frenar la pandemia

JUAN CARLOS ABAD

Miércoles, 15 de abril 2020

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Dos escenarios y falta de datos para gestionarlos. Uno, más optimista, en el que, durante la salida escalonada a la crisis, «hayamos generado memoria inmunológica contra el virus» y otro, que temen médicos e investigadores, en el que «ni siquiera se sabe si generamos inmunidad a medio y largo plazo y se dan recontagios. Contra eso no valdrían ni códigos en el móvil como ha pasado en Corea». Son palabras de Ángel López, experto en Salud Pública y facultativo del Servicio de Medicina Preventiva del HUCA que ayer pronunció durante una charla online ofrecida por la Cámara de Comercio de Oviedo.

Todo, porque «la incidencia va a repuntar al volver al trabajo de forma natural porque habrá mayor interacción. Eso no debe sorprender».

Sin paños calientes, López puso negro sobre blanco las certezas y las incertidumbres que se han dado y se darán en la lucha contra la pandemia.

De una manera didáctica y cartesiana, el doctor despejó incógnitas acerca de las dudas que asaltan a cualquiera que se asome a estas páginas, tenga un familiar ingresado o aguarde en casa a volver a su trabajo. Incidió, sobre todo, en el equilibrio de contener el virus y sostener la economía para evitar males mayores a largo plazo. «En crisis, con altas cifras de paro, la salud empeora. Poniendo el acento solo en el virus a largo plazo puede ser devastador en términos sociales», explicó.

Contra un remedio que pueda ser peor que la enfermedad pidió información. Datos. Los que no se tienen. «Los datos no valen. No está claro que se tenga un conocimiento claro de las muertes en Europa ni en el mundo. Los sistemas sanitarios no han hecho los deberes para disponer de información epidemiológica y clínica masiva al servicio de los investigadores», aseveró. «Tratamos al virus con una lógica defensiva. Como Francia en la Segunda Guerra Mundial con la Línea Maginot. ¿Qué pasó? Que Francia no estaba preparada para las tácticas militares alemanas y sus defensas fallaron. Eso nos ha pasado».

Acerca de la alta incidencia y mortalidad en España, se negó a «condenar» a unos líderes políticos que «no cuentan con información adecuada». «Es fácil hacerlo pero no es útil», añadió preguntándose «¿por qué España presenta las peores cifras del mundo?». «Porque los datos no son fiables. Es imposible hacer una comparativa internacional. Hacerla es errar el tiro. A lo mejor aquí informamos más y mejor que en Alemania, donde es imposible que tengan 3.000 muertes, y Reino Unido», destacó.

En cuanto la diferencia entre regiones, entre otros factores, ponderó la ausencia de recortes en la sanidad pública asturiana durante la recesión de 2008 y los años siguientes frente a zonas como Madrid y Cataluña. «En Asturias no nos faltan respiradores en la UCI, nos faltan datos».

Con ese panorama en el que facultativos e investigadores están a ciegas, sin saber si los pacientes que han padecido la enfermedad generan inmunidad o los meses que quedan para disponer de una vacuna, el experto en Salud Pública hizo hincapié en regresar «cuanto antes y de la manera más amplia posible a la actividad económica». Con una salvedad: protegiendo a los grupos de riesgo, ancianos sobre todo, «revisando el sistema asistencial y de dependencia de las residencias» y a las personas «inmunocomprometidas».

«Si protegemos bien a los grupos vulnerables y cuidamos nuestro comportamiento respiratorio, creo que los negocios de hostelería y comercio, que son los que más van a sufrir, no deberían agobiarse y podrían recuperar poco a poco el ritmo normal», aventuró. «Lo contrario es un drama a largo plazo para la sociedad y el coronavirus puede pasar a ser una enfermedad autoinmune con un impacto social que dure años».

Porque «medidas concretas no hay salvo la etiqueta respiratoria» (toser en el codo, lavarse las manos, guardar distancias). En cuanto al uso de mascarillas, cargó contra el «fetichismo» contraproducente de llevarla descuidando su empleo frente a otras medidas higiénicas.

Con todo lo anterior y como cierre de la charla, que estuvo moderada por el presidente de la Cámara, Carlos Paniceres, López reiteró que «no es descartable que la incidencia repunte en otoño. No sabemos si ha venido para quedarse. Se cree que en temporada fría le va mejor y puede volver. Probablemente hayamos generado memoria inmunológica y estaremos preparados. En términos sanitarios, no será lo mismo sin tener la guardia baja».

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