Detenidos dos usuarios de La Tejerona tras causar daños y orinar ante la Policía

Sucedió a las 21.50 horas del pasado jueves. Una patrulla de la Policía Local de Gijón detuvo de dos individuos de nacionalidad polaca, M. A. P. y S. M. L., de 49 y 29 años, respectivamente, por presuntos delitos de resistencia grave, en el pabellón de La Tejerona. Los hechos se produjeron en uno de los dos complejos que el Principado ha habilitado para dar cobijo a las personas sin hogar; el otro se encuentra en Oviedo, en el albergue juvenil Ramón Menéndez Pidal.

La actuación policial se produjo tras la llamada de los vigilantes de seguridad del centro. Los dos individuos habían provocado diversos daños en el recinto, intentando, incluso, abrir alguna de las puertas donde se guarda material deportivo. Al intervenir los agentes locales, los detenidos adoptaron, desde el primer momento, una conducta agresiva y amenazadora. El segundo de los detenidos llegó a orinar delante de ellos. En el momento de la detención, ambos ofrecieron resistencia, llegando a lanzar puñetazos a los policías, por lo que se les acusa de un delito de resistencia grave. Además, según ha podido saber EL COMERCIO, sobre uno de ellos pesaba una orden de extradición a su país de origen. El improvisado albergue del barrio de Ceares, con capacidad para cien usuarios, tiene en la actualidad 70 camas ocupadas. Cruz Roja coordina un complejo que dota de asistencia y comida a las personas sin hogar. Este altercado no es la habitual conducta del resto de usuarios en las últimas semanas. Aunque no es usual que la Policía Local intervenga, el hecho que se hayan recibido varias quejas vecinales, ha provocado que se intensifiquen los controles policiales durante los últimos días, en especial en horario nocturno.

No obstante, Pilar Ruiloba, presidenta de la Asociación de Vecinos Cruz de Ceares, asegura que «nos parece correcta la decisión de que les alojasen en La Tejerona». En el albergue «no existe riesgo para nadie, pero menos para la gente ajena a las instalaciones», asegura David del Valle, director de emergencias y socorro de Cruz Roja en Asturias.

La Asociación Mar de Niebla ha contabilizado más de 120 sintecho en Gijón. Son personas que, por circunstancias laborales o de adicciones, viven en la más absoluta pobreza. Esta entidad social, junto a miembros del colectivo Nacai y el Albergue Covadonga, ayudan en las labores de acompañamiento social a los voluntarios y trabajadores de la Cruz Roja. «Son muchos perfiles y muchas realidades conviviendo en un espacio ajeno para ellos», asegura Héctor Colunga, director de Mar de Niebla. Con él, siete personas más intentan facilitar el clima de convivencia.

Según ellos, estos conflictos «podrían darse en todos los contextos». Para evitarlos, el potente equipo que trabaja cada día en «este hogar improvisado» añade talleres y actividades a la programación diaria del complejo. David del Valle asegura que muchos de los usuarios «muestran cada día su agradecimiento al personal». A su vez, también recuerda que el confinamiento puede provocar «situaciones de estrés» que podrían derivar en conflictos.

La aglomeración de personas en un mismo espacio ha hecho que se extremen las medidas sanitarias. Cada día se toma la temperatura a todos los usuarios del pabellón. En Gijón, cuatro personas de este colectivo desde que se decretó el estado de alarma han tenido fiebre. Aunque ninguna de ellas dio positivo en el test de detección del coronavirus, los cuatro usuarios pasaron varias noches en las habitaciones de aislamiento. Todo concluyó una vez que se comprobó que la fiebre había bajado.

Cuando todo termine, las 112 personas que ocupan una cama en los albergues de emergencia, volverán a ser dependientes de las entidades sociales, a vivir de la caridad y muchos a dormir en la calle.