«A doña Letizia lo de ponerse la tiara no le va»
Mábel Galaz. Periodista y escritora ·
«Fue una princesa rebelde; llevó mal que su voz no se escuchara en la Zarzuela», dice la autora en su libro sobre los 50 años de la ReinaELISA LÓPEZ
Sábado, 24 de septiembre 2022, 01:53
Doña Letizia es muy enérgica dando la mano, pero sus apretones «son señal de cordialidad». Mábel Galaz sabe de lo que habla tras más de treinta años cubriendo información sobre casas reales. Esta periodista madrileña celebra el 50 cumpleaños de Letizia con un libro que «desnuda» a la actual Reina.
-Dice en su libro que se conoce muy poco de la reina Letizia.
-Y así es. Al margen de lo que vemos en las fotos, se sabe muy poco tanto de ella como del Rey. La política que impera en la Casa Real es que cuanta menos información se tenga más allá de los actos protocolarios, mejor. Zarzuela apuesta por la contención. Pero creo que sin entrar en su privacidad, deberían darse más a conocer y de una manera relajada.
-Nieta de taxista y divorciada que se convierte en princesa...
-Contado así... Podría parecer. Pero no tiene nada de cuento de hadas. Es la historia de una mujer que proviene de una familia trabajadora, con una vida propia y que se asemeja al común de los mortales: paga una hipoteca, va al supermercado, vive en un pisito... Y que deja una vida profesional en la que tiene éxito para casarse con Felipe y convertirse en princesa, y eso conlleva muchas renuncias. Perdió independencia y libertad.
-¿Le costó amoldarse?
-Venía de un mundo muy diferente y sí, le costó adaptarse a la manera de entender las cosas en Zarzuela. Intentó, sin éxito, hacer que se oyera su voz.
-Zarzuela no se lo puso fácil...
-No, pero ella tampoco. Yo en esa etapa la califico de 'rebelde': su mundo no casaba con el que le tocaba vivir y lo llevó mal. De ser una mujer que presume de feminista a estrechar manos y recoger ramos de flores... Fue una princesa que aprobó con un cinco raspado. Ya como reina, sí se ha producido una gran evolución. Ha pasado de papel secundario a principal. Ahora es más dueña de su destino.
-Al principio no gustaba ni a republicanos ni a monárquicos de toda la vida...
-No gustaba, y sigue sin gustar a muchos. Todavía hoy tiene mucha contestación. Su problema, que es además su mayor cruzada, es que está obsesionada con la perfección; con no cometer ni un fallo, controlarlo todo, y esto le hace parecer fría y rígida, y quizá altiva.
-¿Le falta empatía?
-Sí, le falta mostrarse más empática con la gente. Pero está trabajando en eso, en ser más cercana. Y cuando se relaja, cuando se apagan las cámaras, todo el mundo coincide en que es mucho más cercana.
-En este último tiempo se la ve más sonriente.
-Mucho más. Se siente más segura.
-¿Tiene que ver esa seguridad con su papel tan predominante en la cumbre de la OTAN? ¿Es un punto de inflexión?
-Con esa actuación ganó muchos enteros de cara a la gente y, de alguna manera, se ha perfilado también cómo es su personalidad; una mujer a la que no le gusta tanto relacionarse con las casas reales; eso de ponerse la tiara no le va. Pero, sin embargo, en la cumbre de la OTAN y rodeada de los líderes mundiales se encontraba como pez en el agua. Porque le interesa la política y lo que pasa en el mundo, y se vio que estaba preparadísima para manejarse esos días. Lo hizo muy bien y su papel tuvo casi más eco que el del propio Rey.
-¿Se ha convertido entonces en un activo de la Corona?
-En un momento en que la monarquía está en revisión, y no solo en España, y tras los escándalos de Juan Carlos I y de Iñaki Urdangarin, los Reyes son conscientes de que tienen que renovar la institución y dar significado a su existencia en el siglo XXI. En este sentido, que doña Letizia esté en Zarzuela es algo bueno, un soplo de aire fresco.
-¿Cómo es doña Letizia como madre de la futura Reina?
-Sus hijas son su mayor orgullo. De hecho, ella cambió cuando tuvo a las niñas. A partir de ahí tuvo un papel en Zarzuela que hasta entonces no había tenido. Ella como madre se entrega plenamente y hace de esas niñas su mayor proyecto.
-«Siempre llueve en los días importantes de Letizia», escribe.
-El día de su boda, el día que nació su primera hija, el día que enterró a su hermana... La lluvia ha marcado esos acontecimientos, unos alegres y otros terribles.