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Una calle de Gijón, sobre 1890.

Lo que a Gijón le importa

EL COMERCIO urgía llevar las vías del tren hasta Liquerica, más reformas urbanas y más industria mientras la guerra seguía su curso

Miércoles, 24 de mayo 2023, 01:44

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1898. Hace 125 años.

No eran tiempos tranquilos, ni en la guerra ni en la paz, los de hace 125 años. Decíamos: «Un día la guerra, otro las elecciones y más tarde los motines son cosas que tienen ocupada por completo nuestra imaginación y, por tanto, no es extraño que los llamados a velar por los intereses de los pueblos permanezcan indiferentes ante los clamores de los mismos, que les piden por medio de la prensa un día y otro que se ejecuten las obras ya aprobadas y que urge llevarlas a su completa realización cuanto antes». La cosa es que la actualidad solía saltar al papel ora en forma de trifulca electoral, ora militar desde las Antillas y Filipinas. ¿Y qué pasaba con lo de aquí?

Por ejemplo, en opinión de EL COMERCIO, que Gijón precisaba «que por todos los medios posibles se lleve a cabo la continuación de las mejoras aprobadas para el puerto, prolongando las vías férreas hasta el muelle de Liquerica, en donde por sus condiciones de atraque y fondo podrían darse muchas más facilidades para fletar buques de gran porte y activar el embarque de carbones, cañones y demás utensilios, hoy tan necesarios» -ahí estaba la guerra otra vez- «querer imponer silencio a una cuestión de tanta trascendencia sería rebelarnos contra los intereses generales y herir de muerte el progreso del pueblo en que vivimos».

Salir de la postración

Por ello abogábamos desde estas páginas a que se quedase la guerra para los militares, «y las elecciones para los políticos, y colocándonos cada cual en el lugar que nos corresponde en la sociedad, velemos por la vida de los pueblos, pues si a estos llega a faltarles aquella, ni las guerras ni las elecciones ni los motines podrán sacarnos de la postración y nos llevarán seguramente a colocarnos en el terreno de la miseria».

Industria, industria y más industria: solo así, en nuestro criterio, estaba llamado a progresar Gijón. Pero, entre tanto, alguna reforma habría que hacer, y 'niente'. «No se ha llevado a cabo ninguna reforma, a excepción del ensanche del muro de Liquerica, quedando paralizadas las obras restantes». Y eso que la guerra no llegaba, al menos directamente, aquí. ¿Para cuándo lo que de verdad importaba?

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