Los hospitales asturianos inician su nueva normalidad
La higiene y la separación entre usuarios marcan el reinicio de consultas e intervenciones. También vuelven las visitas: una por paciente al día
CECILIA PÉREZ, CRISTINA DEL RÍO, MARTA VARELA, GLORIA POMARADA y EVA FANJUL
GIJÓN.
Martes, 19 de mayo 2020, 02:24
«Quédese ahí, por favor, vamos a tomarle la temperatura. Bien, quítese los guantes, tírelos en ese cubo, ahora desinfecte las manos con el gel. Ahora, póngase la mascarilla... ya puede pasar». Cada una de las personas que ayer quisieron acceder a los hospitales asturianos tuvieron que cumplir con este estricto protocolo antes de poder entrar. Medidas de seguridad que los usuarios trataron de cumplir en todo momento, a pesar de algún que otro despiste.
Así, poco a poco, los hospitales fueron recuperando el pulso habitual, con la llegada ordenada de los pacientes de las consultas externas, paralizadas desde el inicio de la pandemia. En el HUCA, la rutina de entradas y salidas fue constante, eso sí, siguiendo todos los protocolos de prevención establecidos. Se atendió un total de 1.200 pacientes, según informaron fuentes sanitarias. Cinco asistentes se encargaron de informar a los usuarios del protocolo. Ninguno de ellos podía acceder con acompañante, a no ser las personas dependientes y los menores. El HUCA habilitó la zona del atrio como sala de espera, con los asientos separados entre sí, dos metros. Lo mismo que las salas de consulta. «La gente entiende a la perfección estas medidas», puntualizó Gloria Herías Corral, directora de Gestión de Cuidados y Enfermería del área sanitaria IV. «Hemos iniciado el plan de desescalada, incrementando la actividad habitual de forma gradual», matizó.
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A la hora de coordinar las citas se sigue un criterio sencillo pero eficaz para evitar la concentración de pacientes. «Las citas se van dando dependiendo del espacio, es decir, del número de asientos libres en cada tramo horario de consulta», explicó Herías. Esto es, una media de unas cinco personas cada media hora, según la especialidad. «Las que más consultas llevan son oncología, extracciones y traumatología», enumeró la directora de Enfermería. También se mantienen las consultas telefónicas. Durante el foco fuerte de la pandemia, se atendieron 40.000 al mes.
En el Hospital de Cabueñes, a pesar del evidente cansancio de los equipos, tras dos meses plantando cara al azote de la pandemia, se respiraba un evidente alivio. «Ver de nuevo este vestíbulo con gente es muy emocionante», reconocía el gerente del Área Sanitaria V Manuel Bayona. El acceso de pacientes a las consultas externas se hizo de forma sumamente ordenada, con aforo muy limitado, pero recuperando la actividad en todos y cada uno de los servicios.
Una de las grandes novedades del día fue recuperar las visitas de los familiares. Dos horas por paciente, en un tramo horario de 12.30 a 21 horas. «Es una franja muy amplia que permite que las personas no coincidan y se acumulen en ningún punto del hospital». De organizar los turnos de visita se encarga la supervisora de enfermería, adaptando el horario a las necesidades de cada paciente. «Hay personas que quieren que sus familiares les den la comida, entonces se les cita de doce a dos», apunta.
El Hospital Universitario San Agustín comienza su particular desescalada con un triple trabajo: recuperando las citaciones anuladas durante la fase crítica de la pandemia, consolidando y ampliando la consulta telefónica y reestructurando físicamente espacios. El hospital, que llegó a estar cerrado salvo para urgencias, pacientes oncológicos y embarazos, retomó el lunes 4 de mayo las consultas. Esa primera semana de mes, se atendieron 4.037 de todas las especialidades médicas, 1.761 fueron presenciales y 2.276, telefónicas. La idea es ir aumentando progresivamente las consultas presenciales en detrimento de las telefónicas, aunque es una modalidad que podría haber llegado para quedarse, de hecho, «estamos trabajando para incorporar la videollamada», explicó ayer el gerente del Área III, Ricardo de Dios.
El control de acceso es el mismo que en otros hospitales. Se está valorando la posibilidad de adquirir cámaras térmicas que ayuden a agilizar el trabajo en el caso de que la llegada no sea un goteo. No es la única novedad: se ha hecho obra en la sala de extracciones de sangre y se han eliminado algunas salas de espera en consultas externas, para adecuarse a las exigencias de este servicio. También, estudian como duplicar las salas de espera de radiología. Paralelamente con la recuperación de la actividad quirúrgica, se planifica la reorganización del área de reanimación, donde se habían dejado dos camas con circuito independiente para enfermos de COVID-19, y también se piensa ya en introducir las pruebas de coronavirus que se están haciendo en el hospital de campaña del exterior al interior, porque «sin aire acondicionado no podrán realizarse fuera en verano», traslada el gerente que, aparte del personal dedicado a control de accesos tiene a veinte enfermeras en centros geriátricos, una merma de profesional y unas exigencias de seguridad ante las que «hay que ser creativos». «Ahora el problema no es el dinero porque llega, lo será después», anticipa.
Mientras en el hospital Valle del Nalón básicamente se recuperará la actividad en consultas externas, la actividad quirúrgica, se hará poco a poco. «Estamos elaborando un plan para la zona de rehabilitación, equipada ahora por camas de hospitalización, que podría ir alcanzando la normalidad», indica el gerente área sanitaria VIII, Bernabé Fernández. «Los partos posiblemente volverán a finales de mes», anuncia. Tras ganar espacios para atajar al COVID-19, el trabajao se centra ahora en lo contrario: «Hemos podido bajar las camas de UCI de 18 a 12 y podrían quedar en las seis habituales», concretó. El criterio básico para desescalar, «hacerlo de forma progresiva para, en caso de repunte, disponer de todos los medios», detalló.
En el hospital Grande Covián de Arriondas, la semana arranca con el regreso de consultas de anestesia, ginecología y oftalmología. De esta última especialidad está previsto un aumento de las operaciones. Tras una actividad quirúrgica reducida a «los casos preferentes y urgentes», la intención pasa ahora por ir recuperando las intervenciones «de corto espacio o ambulatorias», explica el gerente del área sanitaria VI, José Manuel Llera. Además, están «diseñando agendas en las especialidades», que alternan la consulta presencial con la telefónica para evitar «aglomeraciones en salas de espera». «Aún no esta todo funcionando al cien por cien, pero de semana en semana se incrementa el número de pacientes», apunta Llera.
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