José Andrés cocina para las fuerzas del orden tras los disturbios en el Capitolio
El cocinero asturiano llevó anoche comida «a las heroicas mujeres y hombres» que mantuvieron Washintong seguro en un «trágico» día
Es complicado que el cocinero asturiano José Andrés permanezca ajeno a cuanto ocurre a su alrededor. Cuando la desgracia se ceba con algún territorio o la situaciones requieren de un esfuerzo solidario, el chef de Mieres acostumbra a dar el do de pecho. Ayer, Washinton se enfrentó a uno de los momentos más convulsos de su historia reciente con el asalto al Capitolio por parte de los partidarios del Trump.
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Y José Andrés volvió a ayudar como sabe, a través de la cocina. El cocinero español con mayor proyección internacional distribuyó personalmente pizzas entre las fuerzas del orden durante la noche para agradecer su labor pero también para que no les faltara de nada. Como la comida que había llevado se quedó se corta, se fue a cocinar guisos calientes y sandwiches de tortilla.
Para el cocinero, el de ayer fue «un día trágico para Estados Unidos«. Por eso, se puso ropa de abrigo y salió a la calle junto a su hija Inés. Juntos recogieron en Bethesda, el área residencial en el que viven, un total de 120 pizzas para »llevar al centro de DC a las heroicas mujeres y hombres que mantienen nuestra ciudad segura esta noche«.
«Tenemos que asegurarnos de que esos hombres y mujeres a menudo olvidados puedan ser atendidos», señaló el embajador de la gastronomía española, quien explicó en su Twitter, además, que se reuniría más tarde con los responsables de World Central Kitchen, la ong que dirige, para ver cómo articular más medidas a través de unos de los 'food trucks' de la organización.
«Como sabéis, en el centro de la ciudad hay de toque de queda, así que no hay comida, no hay restaurantes», explica a sus seguidores en su Twitter dispuesto a colaborar en una «rara y complicada noche». Una vez en el 'downtown', José Andrés vuelve a conectarse a internet para explicar sus pizzas se quedaron corto y relatar la situación de las fuerzas del orden. Policías y otras Cuerpos del Estado llevaban más de treinta horas trabajando. En medio de una noche fría, Jose Andrés activó su organización para cocinar guisos calientes y sandwiches de huevo revueltos.
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«Alimentamos a cualquiera y a todos», defendía en mitad de una gélida noche. En un Washinton desierto en el que solo se atisban coches de policía, el cocinero asturiano se despide con este mensaje: «World Central Kitchen acaba de terminar de entregar las últimas comidas. Pero después del ataque de hoy a nuestra democracia ... no podría volver a casa sin ver los Archivos Nacionales, donde se encuentran los documentos fundacionales de nuestra nación«.
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