Acuerdo a toda costa
Recién aprobada la concesión a 30 años de los terrenos del Club de Regatas, el Consistorio gijonés ganaba el uso público del pedrero
No se entendían, pero se trabajaba en ello. De un lado, el Club de Regatas, cuyo uso de los terrenos en los que se ubicaba (y ubica) su sede social había sido revalidado para los siguientes 30 años (hablamos de 1998, hace 25) por el acuerdo entre el Ministerio de Medio Ambiente, el Ayuntamiento de Gijón y el club. Aquella concesión, según informó EL COMERCIO, llegó «después de que las tres partes enfrentadas mantuvieran durante los últimos años un conflicto de intereses, ya que el Club de Regatas se considera gravemente perjudicado por la aplicación de la Ley de Costas, normativa que obliga a la cesión para uso público de todo terreno ganado al mar».
Contra esa asunción, el Real Club Astur de Regatas se consideraba propietario de todas las instalaciones, «mientras que desde el Ayuntamiento se exigía la devolución del pedrero y el derribo de una parte de la piscina». Ahora, por medio del acuerdo entre la entidad y el Consistorio, y en palabras para este periódico de Jesús Morales, a la sazón concejal delegado de Urbanismo e Infraestructuras, el club se comprometía a ceder el pedrero, «que se recuperará para uso público y el paseo, en un proyecto que financiará el ministerio, como complemento al proyecto de adecuación de la Costa Este». A cambio, la consabida concesión a 30 años y la salvación 'in extremis' de la piscina, que no se tocaría.
Alcanzado el acuerdo, solo faltaba firmarlo. Eso ocurriría el 29 de agosto, día en que se pondrían sobre la mesa, además, «todos los detalles pendientes de las obras de recuperación de la costa Este, que incluye la mejora en playas y accesos, así como el sendero del Cervigón, proyecto financiado por el Ministerio de Medio Ambiente y del que todavía quedan obras pendientes». Quedaban en el tintero otros asuntos como el saneamiento, «ya que está pendiente la adjudicación del proyecto de obras de la depuradora de Aboño y el colector submarino de la zona Oeste», pero lo importante ya estaba hablado. Al frente del acuerdo, tres hombres: Morales, concejal socialista; el secretario de Estado, Benigno Blanco, y Joaquín Merediz, presidente del club. Se ponía, así, fin al desencuentro. Al menos por el momento.