Botín fugaz en el Herrero
El aviso de una gijonesa al 091 propició la caída de una banda criminal nada más llevarse cinco millones de una sucursal de Ezcurdia
Lunes, 4 de septiembre 2023, 01:20
Una detenida y varios identificados. Fue un buen trabajo de la Policía, pero aún mejor acción de una ciudadana gijonesa que con su aviso al 091 no solo impidió, hace cinco lustros, que una pareja de atracadores se llevasen cinco millones de pesetas de botín del Banco Herrero de la calle Ezcurdia. Fue mucho más: el principio del fin de la banda criminal en la que operaba Mari Sol I. D., de 34 años, quien se había desplazado a Gijón desde Vizcaya «en compañía de Patricio M. A., de 39 años, y Andrés M. O., de 35». Su objetivo, robar oficinas bancarias con un 'modus operandi' repetido hasta la sociedad. «Mientras que uno de los delincuentes se quedó en el exterior en labores de apoyo, el otro y la mujer entraron, sobre las dos de la tarde, en la oficina del Herrero, armados con una pistola y un revólver, ambos de gas».
«Él llevaba un casco de moto y ella unas gafas de sol grandes». Pero esta vez no les salió bien. El aviso de una vecina de la calle hizo que los agentes pudiesen recuperar el botín robado y arrestar a la mujer, quien, horas después, identificó a sus compañeros. Ambos reincidentes: el primero había sido arrestado en cuatro ocasiones; el segundo, en diez. A sus espaldas, muchos atracos. «Los tres, con diversos antecedentes, son integrantes de una banda de atracadores profesionales de la que forman parte más delincuentes. Uno de esos se encuentra ahora en una prisión riojana». Solo en Gijón, la ahora detenida había atracado también el Banco de Asturias de la calle Ezcurdia en agosto de 1997. En aquella ocasión, el botín había sido de 1,5 millones de pesetas, pero el compañero de Mari Sol I. D. no era ninguno de los ahora identificados.
Desenlace
Toda una trama que comenzaba a desmoronarse, con la mujer en Villabona y una calma tensa en las autoridades, que decían a este periódico que el resto de atracadores no tardarían en caer. Con ello se esclarecerían también, que falta hacía, «otros asaltos a bancos registrados en otras ciudades españolas», porque la banda operaba por todo el norte del país. «No siempre participan los mismos en los robos», advertíamos; «a veces se mezclan». ¿Estaría, por fin, cerca su final?