Hola, Fundación Revillagigedo
Gijón veía nacer, entre grandes fastos, las obras del proyecto de una escuela moderna para maquinistas y mecánicos electricistas
La inauguración de las obras de la Fundación Revillagigedo fue tan populosa como se preveía que lo fuera, en el futuro, su acción social en Gijón. Decía hace cien años el arquitecto Lomas, responsable del proyecto, que en Asturias «la salida mejor para el obrero es la de mecánico, por su aplicación a talleres, instalaciones mineras e industria en general, o también a maquinistas y mecánicos de las compañías de navegación y pesqueros». Con la vista puesta en la formación de esos profesionales se bendijeron e inauguraron hace ahora cien años las obras de la Fundación. «Los asistentes al acto eran distinguidos y numerosos, figurando al frente de ellos todos los familiares de la ilustre Casa de Revillagigedo, excelentísima señora condesa viuda, excelentísimos señores condes de Revillagigedo» y más, desde los representantes de la Iglesia y hasta Francisco de Orueta, exdiputado en Cortes por Gijón.
La obra, «en beneficio de la clase obrera de Gijón», había sido encargada por la condesa viuda de Revillagigedo. Prometía Lomas que en ella se construirían bibliotecas, talleres, clases y laboratorios -tan amplio era el local del que se disponía- y, además, de forma poco vista antes en España, «reuniendo en un solo conjunto todas las dependencias». Ese modelo era «más general en manufacturas importantes extranjeras, los talleres de Beasain en Guipúzcoa y los de la Construcción Naval en Reinosa», y encaminado a que el obrero solo permaneciera en el taller «un número limitado de horas, cambiando de local para asistir a las clases o a otro taller, y como excepción, en cierto periodo del año, el día completo; además, el número de piezas que se trabajen no debe ser tan grande que justifique una disposición mecánica para la comunicación de los distintos talleres».
Un sistema innovador, que iría acompañado por una importante inversión técnica: se preveía, por ejemplo, la instalación de un motor Diesel para aceites pesados en el laboratorio de máquinas; una máquina de vapor de tipo vertical autolubrificante, de unos 20 HP, y más. Técnica y formación estaban por llegar a Gijón. Ahora, sí.