Los cigarrillos electrónicos causan cambios biológicos que impulsan enfermedades
Los vapeadores experimentan un patrón similar de cambios en la regulación genética que los fumadores, según confirma un nuevo estudio
Vapear está asociado con cambios en la regulación genética relacionados con enfermedades. Un nuevo estudio firmado por la Escuela de Medicina Keck de la Universidad de Carolina del Sur concluye que los cigarrillos electrónicos favorecen la desregulación de los genes mitocondriales y de la respuesta inmunitaria.
La investigación, publicada en Scientific Reports, revela que, independientemente de los efectos del tabaquismo anterior, los vapeadores experimentan un patrón similar de cambios en la regulación genética que los fumadores clásicos, aunque los cambios son más extensos en las personas que fuman.
Desde su llegada al mercado, los cigarrillos electrónicos se promocionaron como una alternativa segura a los cigarrillos. Cuando la investigación comenzó a sugerir lo contrario, muchos cuestionaron si los efectos adversos se debían realmente al vapeo o que quienes lohacían solían tener un pasado de tabaquismo.
«Nuestros datos indican que vapear, al igual que fumar, está asociado con la desregulación de los genes mitocondriales y la interrupción de las vías moleculares involucradas en la inmunidad y la respuesta inflamatoria, que gobiernan la salud frente al estado de la enfermedad», detalla uno de los autores del trabajo, Ahmad Besaratinia.
«Descubrimos que más del 80% de la desregulación genética en vapeadores se correlaciona con la intensidad y duración del vapeo actual», continúa, «mientras que ninguna de las desregulaciones génicas detectadas en los vapeadores se correlacionó con la intensidad o duración de su tabaquismo anterior».
En investigaciones anteriores, Besaratinia y su equipo han demostrado que los usuarios de cigarrillos electrónicos desarrollan algunos de los mismos cambios moleculares relacionados con el cáncer en el tejido oral que los fumadores de cigarrillos. También descubrieron que los vapeadores tenían el mismo tipo de cambios químicos relacionados con el cáncer en su genoma que los fumadores.
La desregulación genética
Ahora, constatan que en ambos casos los genes mitocondriales son objetivos preferenciales de la desregulación genética. Cuando esto ocurre y los genes se desregulan, ese cambio puede provocar interferencias con su función y provocar enfermedades.
Segun los propios investigadores, los hallazgos no solo son «nuevos y significativos», sino que también están interrelacionados, ya que la creciente evidencia muestra que las mitocondrias juegan un papel crítico en la inmunidad y la inflamación.
Cuando las mitocondrias se vuelven disfuncionales, liberan moléculas clave que pueden funcionar como señales para el sistema inmunológico, desencadenando una respuesta inmunitaria que conduce a la inflamación, que no solo es importante para mantener la salud, sino que también juega un papel fundamental en el desarrollo de diversas enfermedades, como enfermedades cardiovasculares y respiratorias, enfermedades metabólicas y cáncer .
La metofología del estudio
Los investigadores reclutaron a un grupo heterogéneo de 82 adultos sanos y los dividieron en tres categorías: vapeadores actuales, con y sin antecedentes de tabaquismo; personas que fuman exclusivamente cigarrillos; y quienes no hacían ni lo uno ni lo otros.
A las entrevistas sobre sus hábitos se sumaron análisis bioquímicos en sangre para medir la concentración de cotinina, un producto de degradación de la nicotina. A través de la secuenciación y análisis de los datos, estudiaron los cambios en el genoma en las células sanguíneas de cada uno de los participantes.
Lo jóvenes y el vapeo
Los cigarrillos electrónicos están muy extendidos entre la población joven en Estados Unidos. Según el Centro de Control de Enfermedades, más de dos millones de estudiantes de secundaria y bachillerato los utilizan en el país. El estudio se antoja vital para definir un marco regulatorio.
En España, la mitad de los jóvenes de 14 a 18 años ha probado el cigarrillo electrónico, según la encuesta Estudes, que cada dos años hace una radiografía del consumo de drogas entre los jóvenes españoles.
«Dada la popularidad de los cigarrillos electrónicos entre los jóvenes que nunca han fumado, nuestros hallazgos serán de importancia para las agencias reguladoras», asegura Besaratinia dado que, para proteger la salud pública, es preciso contar «con urgencia» con evidencia científica sobre este asunto.
