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RESCATES-MONTAÑA

Un ingeniero aeroespacial intenta escalar el Mont Blanc con ropa de paseo

Si su rescate se hubiera producido cinco minutos más tarde, podría haber fallecido, según las autoridades

A. S. GONZÁLEZ

Oviedo

Miércoles, 12 de octubre 2022, 17:42

«Van por Picos y creen que van por la Castellana». La frase la pronunció el alcalde pedáneo de Bulnes, Rufino Mier, al analizar el alto volumen de accidentes y rescates ocurridos este verano en la montaña asturiana. Los turistas ávidos de naturaleza olvidan, en ocasiones, que las rutas requieren forma física, previsión y sentido común.

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Ocurre en el Principado pero también alrededor del mundo. Un ingeniero espacial fue rescatado hace días a 3.000 metros de altura tras intentar escalar el Mont Blanc, una de las montañas más altas de Europa, en ropa de calle. La llegada de los servicios de emergencia evitó lo que podría haber acabado en tragedia.

Su rescate no fue inmediato. La primera llamada de auxilio se produjo alrededor de las 17.00 pero las condiciones meteorológicas impedían actuar por lo que le recomendaron permanecer en el mismo lugar. Durante horas mantuvieron el contacto hasta que se desmayó.

Feda Hussein se sentía preparado para la experiencia y culpó al clima de los problemas surgidos durante su ascenso. Según los servicios de rescate, podría haber muerto de encontrarlo cinco minutos más tarde. De hecho, él mismo se dio cuenta de la gravedad de su situación en última instancia.

Para cuando lo alcanzaron, sufría hipotermia y la temperatura de su cuerpo había descendido ya hasta los 25 grados. Había pasado toda una noche con temperaturas por debajo de cero grados en el lado italiano de la cumbre más alta de Europa occidental.

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Las autoridades pensaron inicialmente que podría ser un migrante que intentaba desesperadamente tomar una ruta de montaña para eludir los controles fronterizo y se sorprendieron al descubrir que se trataba de un turista británico. Ahora, sopesan enviarle una factura de 1.500 euros por el despliegue de medios.

En declaraciones a los medios locales, sus salvadores explicaron que no llevaba ropa gruesa ni adecuada para el montañismo. Vestía, de hecho, «como si hubiera salido a dar un paseo dominical». Tampoco contaba con una tienda de campaña preparada para esas altitudes.

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«Me voy a morir en un minuto»

El ingeniero, de 26 años, no era consciente de nada de todo esto. De hecho, lo niega. «Tenía el equipo adecuado, tenía crampones, un arnés y una cuerda conmigo. Justo cuando me encontraron que todo mi equipo estaba cubierto de nieve. Todo sigue ahí arriba, me había quitado los crampones para poder meterme en el saco de dormir», explicó porteriormente.

En su llamada de auxilio, el excursionista informó de que contaba con una tienda resistente a la intemperie. «»Era más una lona alquitranada«, puntualizaron los profesionales. Sí llevaba bastones para caminar. Según las autoridades, su destino hubiera sido fatal de llegar cinco minutos más tarde.

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En última instancia, él mismo fue consciente de la gravedad de su situación. «No te preocupes, me voy a morir en un minuto», dijo instantes antes de desmayarse. Es el último recuerdo que guarda de tan dramática experiencia. El siguiente vuela hasta la cálida cama del hospital en la que se despertó.

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