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El legionario acusado de degollar a su ex pareja, durante el juicio EUROPA PRESS
«Como legionario mi mejor defensa era luchar, no soy un cobarde»

«Como legionario mi mejor defensa era luchar, no soy un cobarde»

El tribunal popular declara culpable por unanimidad al joven de 24 años que degolló a su exnovia

A. S. González

Oviedo

Domingo, 22 de mayo 2022, 18:24

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Un jurado popular ha declarado al joven legionario Alejandro M. M culpable de asesinar a su ex novia, a la que degolló un 8 de febrero de 2020 en Granada. Con solo 24 años, acabó, con la vida de quien fuera su pareja, Ana María M. M., maestra de 38 años y madre de una niña.

Los miembros del jurado han declarado, por unanimidad, probados los hechos y la existencia de la alevosía por lo que la Audiencia Provincial podrá imponerle una pena por el delito de asesinato. Durante el proceso, el acusado alegó que actuó en defensa propia, sobrepasado por la situación y por «instinto de supervivencia».

Según su versión de los hechos, la fallecida cogió un cuchillo de la cocina para clavárselo en el estómago. Él se lo arrebató y le hizo un corte en el cuello. «Como legionario que era, mi mejor defensa era luchar, no salir huyendo. No soy un cobarde», justificó.

Estaba «obcecado, frustrado y lleno de ira». Después, se marchó de la vivienda y llegó a casa de su madre, en Guadix. «A lo hecho, pecho», le dijo y su hermano le llevó al cuartel de la Guardia Civil, don de se entregó.

La versión que defendieron durante el proceso la Fiscalía y las acusaciones -las dos particulares, ejercidas por el padre de la fallecida y el padre de su hija, y las populares, representadas por la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Íllora-, y que ha dado por buena el jurado popular es distinta.

Los celos del acusado habían sido una constante durante el noviazgo y motivaron el trágico desenlace. Los testigos constataron durante el juicioo que el encausado es una persona «posesiva y controladora». Por este motivo, Ana María M. M. y él abandonaban y retomaban la relación.

Semanas antes de ser asesinada, la mujer rompió definitivamente con el legionario, destinado a la base almeriense de Viator e incluso le bloqueó. Él no lo aceptó. El día de autos, se presentó sobre las cuatro y media de la tarde en su casa, aprovechando que unos vecinos abrieron la puerta para acceder al portal. El siguiente paso fue convencerla para que abriera la puerta de su piso.

Discutieron y él revisó su móvil. No permitiría que mantuviera contacto con terceras personas, como ella le había advertido que haría. La cogió del cuello y la golpeó contra la pared. La víctima gritó pidiendo socorro. Una vecina la oyó y corrió a avisar a su padre. El joven apretó con fuerza la garganta de su ex, que se desplomó inconsciente.

Cogió un cuchillo, grande y «de hoja ancha» y le rajó el cuello de izquierda a derecha. Le seccionó la carótida. Cuando el padre encontró el cuerpo de su hija, ella ya yacía inerte sobre un inmenso charco de sangre. La muerte fue casi inmediata, consecuencia de un shock hipovolémico. Los forenses, además del corte, encontraron varios hematomas.

El fiscal pide para Alejandro M. M 26 años de prisión por un delito de asesinato con las agravantes de parentesco y género, misma pena de cárcel que solicitan las dos acusaciones particulares. La defensa lo califica como un homicidio con la atenuante de confesión y reclama solo diez años de cárcel para el procesado.

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