Coronavirus | «Venga, saluda a tu hija»: la extraordinaria humanidad de los médicos del HUCA

«El HUCA es un hospital de diez, tanto en medicina como en humanidad», dice, aún con la voz entrecortada María, hija de Asunción, una mujer de Mieres que, a sus 78 años, lucha contra el coronavirus y empieza a ganarle la batalla. A la fuerza para vencer de esta guerrera, se unen los esfuerzos médicos y humanos de los profesionales del Hospital Universitario Central de Asturias, que se desviven con cada paciente y, a su faceta clínica suman, incansables, su afán por mitigar soledades y acercar a cada uno a sus familiares.

Asunción volvió de sus vacaciones en Benidorm ya enferma, diagnosticada de una gripe que le había robado cualquier atisbo de energía. «Según la vi, estaba totalmente apagada y mi madre es una mujer muy enérgica», recuerda su hija. Cuando la recogieron en el aeropuerto, la trasladaron directamente a Mieres, al Hospital Álvarez-Buylla, le hicieron las pruebas del coronavirus y de allí, ya confirmada la afección, pasó al HUCA. Desde ese momento, sus hijas no pudieron verla, aunque sí podían sentirla cerca gracias a las llamadas diarias que recibían de los médicos. «Todas las mañanas puedes llamar para preguntar cómo ha pasado la noche y, todos los días, te llama el médico para contarte cómo está», explica María. Asunción estuvo en planta hasta el 21 de marzo, pero fue entonces cuando las cosas comenzaron a complicarse y la trasladaron a la UCI. Allí permaneció hasta el día 31 cuando esta guerrera comenzó a imponerse a la enfermedad. Estando ya algo mejor, el equipo de de la UCI del HUCA la grabó en vídeo para que su familia pudiera verla.

«Me mandaron un vídeo cuando la desintubaron, no se olvidan nunca de nosotros, pudimos por fin verla y oírla», explica María emocionada. «Venga, saluda a tu hija», le dijeron a Asunción en la grabación; a lo que ella respondió un «saludada» que para todos sus seres queridos fue la mayor alegría de las últimas semanas. «Mi madre estuvo más allá que acá y que se acuerden de ti los profesionales y te manden este vídeo es el mejor regalo. El trato que dan en el hospital a familiares y pacientes es epectacular», subraya María. Escuchando la voz de su madre, la emoción se imponía en la mirada de sus hijas, María y Nory. «Lo único que puedo es dar las gracias a todo el equipo del hospital, son todos de diez», destaca María.

A este vídeo que les arrancó las lágrimas más felices que jamás imaginaron, se suma que ayer, por fin, pudieron hablar directamente con Asunción. «Pedí que le cargaran el móvil para poder hablar con ella y, a los pocos minutos, vi en la pantalla del teléfono que mi madre me estaba llamando. Me preguntó por su otra hija y por sus nietas. Esto es un milagro médico», señala, emocionada, María. Nunca olvidará esta familia ese instante en que leyeron «Mamita» en la pantalla y pudieron escuchar, por fin, la voz de quien ellos más necesitan y quieren, de quien lleva toda una vida luchando y se niega a dejarse caer, tras tanta batalla, en este asalto. Asunción, con su fuerza desbordante; sus hijas, María y Nory, y sus nietas, van a seguir peleando hasta que la vean brillando bajo la luz que la espera al otro lado de este túnel que ya se hace demasiado largo.