Viajes a ninguna parte: una estrategia desesperada ante la crisis del coronavirus
También conocidos como ' fake flights', ofrecen al viajero volar por el placer de volar sin trasladarse de un sitio a otro. Varias compañías aéreas ya incluyen este servicio en sus ofertas
elcomercio.es
Lunes, 21 de septiembre 2020, 11:02
La oferta de 'viajar a ninguna parte', un concepto contradictorio con el que las aerolíneas buscan capear la crisis derivada del coronavirus, parece tener buena acogida. La idea pretende satisfacer los deseos de aquellas personas con tanta necesidad de viajar que están dispuestas a pagar por subirse a un avión que aterrizará, exactamente, en el mismo punto en el que ha despegado. ¿El reclamo? Básicamente mirar por la ventanilla y comer el 'suculento' menú de la compañía entre otras experiencias que todos aquellos que e han subido alguna vez a un avión conocen. Es decir, volar por el placer de volar, y no por trasladarse de un sitio a otro.
No es ninguna locura. El pasado jueves la aerolínea de bandera australiana Qantas vendió en diez minutos todas las plazas que ofrecía para sobrevolar el 10 de octubre durante siete horas algunos de los principales atractivos turísticos de Australia. Otras compañías como Singapore Airlines parecen dispuestas a sumar esta oferta de los también conocidos como 'fake flights' (falsos vuelos) dentro de sus servicios aunque por el momento se ha limitado a declarar que es solo un plan que está estudiando y hará un anuncio cuando tome una decisión.
Esta alternativa para viajeros frustrados de Singapur, que no cuenta con rutas domésticas y donde al igual que la mayoría de países de Asia se han cerrado las fronteras, ha generado las críticas de ciudadanos y grupos medioambientales que ponen el acento en que aumentaría las emisiones de gases que provocan la crisis climática. En un comunicado, la ONG SG Climate Rally expresó su solidaridad con los trabajadores de Singapur Airlines que están padeciendo los recortes por la Covid-19, pero expresaron su oposición a los conocidos como 'vuelos a ninguna parte'.
«Primero, incentiva los vuelos que emiten mucho carbono sin justificación y, segundo, es solo un parche que distrae de las políticas y los cambios de prioridades necesarios para mitigar la crisis climática», señaló la organización. El plan de la aerolínea singapurense ha sido planteado en un momento sensible para la industria debido a las restricciones por la covid-19, lo que le ha obligado a dejar en tierra el 90 por ciento de su flota y a anunciar el despido de 2.400 empleados.
Una idea que ya funciona
Los viajes sin destino no son nuevos, pero están proliferando debido a las restricciones por el nuevo coronavirus. La aerolínea australiana Qantas ha decidido retomar a partir de noviembre los vuelos de 12 horas que antes ofrecía a la Antártida a bordo de aviones Boeing 787 como medida para paliar los efectos económicos de la pandemia.
Además, la aerolínea japonesa ANA comenzó el pasado agosto a ofrecer vuelos a ninguna parte a bordo de Airbus A380 con temática hawaiana, mientras que aviones de la taiwanesa StarLux Airlines sobrevuelan el mar de China Meridional durante unas tres horas sin aterrizar. En Brunéi, la aerolínea Royal Brunei ofrece billetes para sobrevolar bosques tropicales de este pequeño emirato en el Sudeste Asiático durante 85 minutos.