La vigilancia 'de balcón' genera suspicacias entre los vecinos

«Queridos vecinos». La nota anónima, pegada en algún punto visible de un portal ovetense, empieza con un saludo amable, pero después adquiere un tono severo. En ese comunicado se critica a los habitantes de dos de las viviendas, que son acusados de «nunca salir al balcón» a aplaudir ,a las ocho de la tarde, a pesar de que «siempre están enfermos haciendo uso de la sanidad» pública, y también de dedicar, en opinión del autor de la nota, excesivo tiempo para el paseo de sus mascotas. «A veces salen hasta cuatro y cinco veces», y en algunas ocasiones, añade, «tardan más de veinte minutos en volver, recorriendo todo Oviedo».

Aunque los bares y otros puntos de encuentro deben permanecer cerrados a causa del estado de alarma en el que se ha declarado el país, las redes sociales se mantienen a pleno rendimiento y el ejemplo es esa nota anónima que se ha difundido en las últimas horas hasta generar cierto debate en internet.

Son varios los usuarios de redes como Twitter que han lamentado ya esta especie de control y vigilancia vecinal -«la 'Gestapo' de los balcones», se ha llegado a calificar-, que en determinadas ocasiones va incluso parejo a un malentendido, al haber sido increpadas personas que regresaban de sus respectivos trabajos a las ocho de la tarde, justo en el momento en el que comienzan los tradicionales aplausos desde las ventanas.

Días atrás también se dio alguna situación puntual en la que menores de edad con autismo, y sus acompañantes, fueron abroncados por los vecinos al encontrarse en la calle. La presidenta de Adansi, Carmen de la Rosa, asegura que «no es algo que pase a diario o que sea recurrente», aunque recuerda que se ha publicado un decreto «que ampara a estas personas» para que puedan salir en casos de extrema necesidad, para dar los llamados «paseos terapéuticos», siempre con la documentación que lo acredite.

Son, de todos modos, casos muy concretos, ya que según comenta De la Rosa, «la mayoría de personas con autismo se encuentran mejor en sus casas». Del mismo modo, la presidenta de la asociación apela a que, en lugar de tomarse la justicia por su cuenta, los vecinos llamen a la policía, para que sean los agentes quienes comprueben que esas personas están en la calle con motivos justificados.

Estas semanas, los afortunados con balcón aprovechan para tomar el vermú al aire libre, pero otros se parapetan como vigilantes en su puesto de guardia. Quienes no han optado por ninguna de las dos posibilidades son, por ejemplo, los vecinos de la parroquia maliaya de Arroes. Al encontrarse en la zona rural, en la que las casas están más distanciadas, han sustituido los aplausos desde las ventanas por el sonido del claxon de los vehículos. También crearon un grupo de 'Whatsapp' con todos los vecinos «para comunicar las posibles necesidades y dudas». En lugar de juzgar, han optado por tender la mano.